13/12/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
En 1971, luego de 300 años, de la burbuja de Mississippi y la moneda fiduciaria de John Law, se volvió a ellas. Se quebró el acuerdo de Bretton Woods de 1944.
La supremacía del dólar se mantuvo, gracias a que, en el año 1974, Saudi Arabia, entró al sistema de los Petrodólares. Y luego se impuso el “Swift”.
Se mantuvo el privilegio exorbitante de los EE.UU. que se financian con el mundo.
El dólar ha resistido las secuencias de lo que se hizo en el 2008, el Covid-19; la irrupción de inmensa liquidez, sine die, de algunos centrales con sus QE; y la presión para estímulos fiscales de los Tesoros de países por el efecto siniestro del virus.
Recientemente el Japón, acaba de anunciar 708 mil millones de dólares contra el virus.
Todo esto consigna una desventaja para países emergentes.
Allá por los años 30
En la década de 1930, el gobierno de Estados Unidos ilegalizó la propiedad de oro y obligó a los ciudadanos a vender su oro al gobierno, lo que permitió al gobierno acumular enormes reservas de oro.
Para mantener el oro a salvo durante la guerra, muchos países lo enviaron a los EE.UU.
Con el sistema de Bretton Woods y el siguiente sistema de petrodólares, Estados Unidos obtuvo un bloqueo casi global en el sistema monetario internacional.
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Pero, algo pasó. Comenzó a tener grandes déficits fiscales y a experimentar niveles de inflación crecientes, primero para los programas internos de fines de la década de 1960 y luego para la Guerra de Vietnam y comenzó el drenaje de su oro.
No había forma de mantener suficiente oro para respaldar toda su moneda para uso doméstico y, simultáneamente, respaldar moneda para expandir el uso global también.
A la idea del “Bancor” de Keynes se inventaron los Derechos Especiales de Giro (DEG) como un conjunto ponderado de monedas duras y como dinero del FMI.
Finalmente, en 1971, terminó la convertibilidad de Bretton Woods por Nixon.
Se ajustaron todas
Todas las monedas principales, incluido el dólar, se devaluaron radicalmente frente al oro y otros activos duros en la década de 1970.
A partir de 1971, las monedas de todo el mundo se convirtieron en fiduciarias.
Esta fue la primera vez en la historia de la humanidad que sucedió esto, donde todas las monedas del mundo al mismo tiempo se convirtieron en papel sin respaldo.
¿Qué es fiduciario? Es un sistema monetario en el que no hay nada de valor en la moneda misma; es solo papel, monedas de metal baratas o bits de información digital.
Tiene valor porque el gobierno declara que tiene valor y que es de curso legal para pagar todas las cosas, incluidos los impuestos.
Su aceptación
¿Por qué las empresas y los gobiernos de otros países deberían aceptar trozos de papel, que pueden ser impresos sin cesar?
En 1974, Estados Unidos y Arabia Saudita llegaron a un acuerdo y, a partir de ahí, el mundo se puso en el sistema del petrodólar; una forma inteligente de hacer que un sistema global de moneda fiduciaria funcione de manera suficientemente decente.
Este período de cinco décadas de moneda fiduciaria global es inusual y único en el sentido histórico.
Con este sistema del petrodólar, Arabia Saudita (y otros países de la OPEP) vendieron su petróleo exclusivamente en dólares a cambio de la protección y cooperación de Estados Unidos.
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Por eso muchos países almacenan el exceso de dólares como reservas de divisas, que en su mayoría colocan en bonos del Tesoro de Estados Unidos para ganar algún interés.
Además, Estados Unidos básicamente tiene que tener déficits comerciales persistentes con el resto del mundo para sacar suficientes dólares al sistema internacional.
Sin embargo, muchos de esos dólares se reciclan para comprar bonos del Tesoro de los Estados Unidos y se almacenan como reservas de divisas, lo que significa que una gran parte del déficit federal de los Estados Unidos es financiado por terceros.
El sistema del petrodólar es creativo, porque fue una de las pocas formas de hacer que todos en el mundo aceptaran papel extranjero para bienes y servicios tangibles.
Ventajas para los EE.UU.
Esto lleva a una cantidad desproporcionada de comercio mundial en dólares en relación con el tamaño de la economía de los EE.UU.
El sistema le da al dólar una demanda global persistente, mientras que otras monedas se utilizan principalmente en sus propios países.
Esto es pues la ventaja de los EE.UU. por ser el país más poderoso del mundo y hoy parece que todo esto podría cambiar.
¡Corren las apuestas!