13/10/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Persiste la crisis múltiple que nos afecta cotidianamente. Crisis que, a nivel político, no es un asunto pasajero ni telenovelesco, sino profundo y serio, a la base de la cual tenemos un Estado que le da la espalda a la ciudadanía, a la que no representa ni atiende las demandas económicas y sociales.
Es decir, no se trata de una simple crisis de gobierno sino de régimen político que va tocando fondo. La crisis de régimen podrá empezar a superarse con un nuevo gobierno patriótico, democrático y descentralista que represente un cambio de raíz en relación a lo sufrido con Belaunde-Fujimori-Toledo-García-Humala-Kuczynski-Vizcarra, expresiones del continuismo al servicio de la KONFIEP.
Gobierno que deberá propiciar también un nuevo pacto social sustentado en un amplio consenso nacional para la aprobación de una nueva Constitución. La nueva denuncia pública contra el presidente Vizcarra tiene que ser investigada y no obviada; y cuando culmine su mandato se le debe impedir que salga del país a fin de someterse al sistema de justicia.
Más allá de lo señalado, que es indispensable, esperamos no prospere el nuevo intento de vacancia presidencial impulsado por UPP; uno de los peores “vientres de alquiler”.
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Esto generaría mayor inestabilidad política, más aun cuando hay la intención de por lo menos dos partidos -representados en la Mesa Directiva del Congreso- de postergar las elecciones del 11 de abril y alargar su mandato. Aquellos “cambios” para que en realidad nada cambie, deben ser rechazados.
Necesitamos una efectiva renovación, con un gobierno y un Congreso con sensibilidad social y compromiso ciudadano; con capacidad de gestión y representación, sin improvisación ni seudo líderes.
Casi 200 años de engaños y engaños deben quedar atrás. Los sucesivos gobiernos de los siglos XIX y XX -militares y civiles- fueron manejados por los grupos de poder económico y lo mismo viene sucediendo en este nuevo milenio.
Hubo efímeras experiencias reformistas como las de Billinghurst (1912-14), Bustamante (1945- 48) y Velasco (1968-75) y todas culminaron en golpes de estado que pusieron en marcha procesos de contrarreformas dirigidos por Benavides, Odría y Morales Bermúdez, respectivamente.
El 2021 tendremos una nueva oportunidad ciudadana. No podemos limitarnos a la indignación, sino pasar a la acción. No basta criticar al mercantilismo de los partidos de la derecha ni a un alcalde que, lejos de liderar la gestión en su distrito, lo deja sucio, desordenado e inseguro, abandonando el cargo para lanzarse a la presidencia de la República con la camiseta de un partido que apenas conoce.
Es indispensable hacer valer la fuerza del poder ciudadano a nivel local, regional y nacional, orientándola a sustentar una opción renovadora por un Perú justo, libre, próspero, digno, soberano y sin violencia ni corrupción.
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