OPINIÓN | Luis Ángeles Laynes: "Los cambios deben darse sin violencia"
En los últimos dos días se han producido agresiones contra reporteros de medios de comunicación por parte de manifestantes que participaban en mítines del candidato presidencial Pedro Castillo, actos que rechazamos porque la violencia no podemos permitirla, venga de donde venga, sea verbal o física. Por eso invocamos a todos los peruanos, a los actores políticos y a quienes postulan a la presidencia de la República a mantener la calma para que la campaña electoral concluya en paz.
Es obvio que una segunda vuelta electoral tiende a polarizar el país en torno a las dos candidaturas que postulan a la presidencia de la República, una u otra opción capta las adhesiones de las otras tiendas políticas que no lograron pasar al balotaje. Pero el debate para alcanzar el objetivo debe darse en un clima paz, sin confrontaciones, ni odios ni resentimientos como los que hemos advertido desde esta columna hace unos días.
El debate electoral debe ser de ideas, de propuestas. Quienes aspiran conducir los destinos del país en los próximos cinco años a partir del 28 de julio, deben exponer al país, de manera clara, concreta y creíble, cómo pretender aplicar las medidas que ofrecen. El lunes último los dos suscribieron un juramento por la democracia, que entre sus doce puntos contempla “respetar, estimular y defender decididamente la libertad de expresión y de prensa”.
Desde esta columna, en varias oportunidades hemos comentado sobre el sentir popular de rechazo de los peruanos a la clase política en la primera vuelta electoral, reflejado en el resultado ya oficial del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en que los candidatos y agrupaciones políticas obtuvieron una marga votación, tanto así que el postulante de Perú Libre, Pedro Castillo, obtuvo el primer lugar con 18.9% y Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, alcanzó 13.4% de los votos. El ausentismo fue de casi ocho millones de electores y más de tres millones suman los votos blancos y nulos.
El país reclama cambios profundos para salir de la grave crisis sanitaria, económica, política y social. Todos coinciden en eso y los políticos tienen que entenderlo así. Después de la pandemia del coronavirus, el Perú tiene que ser otro, con un presidente que gobierne para el pueblo, para las mayorías marginadas durante décadas, que pasan hambre, no tienen vivienda, servicios de agua y saneamiento, que han perdido su trabajo, que sufre a diario la violencia delictiva en las calles. Todo eso tiene que cambiar ya.
Y a eso deben dedicarse los candidatos presidenciales y sus agrupaciones políticas. Sus discursos deben centrarse en las propuestas de gobierno, y deben cuidar bien sus mensajes para que hechos como los de los últimos días no se repitan. Se puede discrepar, pero con respeto al que piensa distinto. El Perú no puede seguir inmerso en las confrontaciones, en las peleas e insultos que solo conducen a la ingobernabilidad. Es tiempo de trabajar unidos para sacar al país adelante.
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