OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: "¿El final de la clase política?"

Tal como se convocó el día anterior, miles de peruanos, en su casi totalidad integrada por jóvenes, marcharon por las calles en Lima y varias regiones del país para expresar su rechazo ya no solo al presidente transitorio Manuel Merino, también al vacado Martín Vizcarra y a la clase política en general. El grito “Que se vayan todos” se escuchó también.

Fue una expresión de frustración por la desatención a los problemas del país de parte de quienes ostentaron el poder en las últimas décadas, traducida en la falta de empleo, la falta de oportunidades para el desarrollo de los jóvenes, la inseguridad en las calles producto de crecimiento galopante de la delincuencia, la crisis de los sistemas de educación y salud, agravada con esta pandemia, ha sido sin duda el detonante de esta respuesta en las calles.

Un despertar de los jóvenes que ha dicho basta ya a quienes hicieron de la corrupción su modus operandis desde el aparato estatal, enriqueciéndose con el dinero de todos los peruanos coludidos con empresas corruptas que pagaban millonarias coimas para adjudicarse obras públicas, dinero que después recuperaban incluyéndolo en los costos a través de las famosas adendas. Un sistema corrupto bien orquestado y estructurado que a pesar de haber sido descubierto hace unos años, aún se mantiene y requiere ser extirpado totalmente del aparato estatal. Y de un Congreso cada vez más desprestigiado por obra y gracia de sus propios integrantes.

La oportunidad es propicia para decirle a esta generación de peruanos de la importancia que tiene el voto que emitirán en las próximas elecciones generales del 11 de abril. Porque los políticos, presidentes y congresistas que han estado en el poder en todo este tiempo han sido elegidos por la ciudadanía. El renovado Congreso que reemplazó al disuelto por el expresidente Vizcarra es producto de la votación popular. Es decir, estos congresistas fueron elegidos por quienes ahora no los quieren.

Por eso, hoy más que nunca es indispensable saber por quién votar, a quién elegir, como presidente o parlamentario, para ya no volver a lamentarnos. Es importante saber qué es lo que queremos para el país y a partir de ellos decidir quiénes considera capaces de llevar adelante las acciones y reformas para sacar al país de la tremenda crisis en que se encuentra, exigiéndoles planes de gobierno en los que deben precisar cómo van a resolver los problemas de salud, educación, economía, generación de empleos y seguridad ciudadana, por citar algunos. Es hora de cambiar y del voto de la ciudadanía depende.