OPINIÓN | Luis Ángeles Laynes: "¿De Guatemala a Guatepeor?"

La permanencia de Héctor Valer Pinto en la Presidencia del Consejo de Ministros era insostenible y su salida era inminente no solo por las denuncias de maltrato físico contra su hija y su fallecida esposa, sino por las desatinadas declaraciones y acciones que realizó hasta ayer, cuando el presidente Pedro Castillo Terrones en un breve mensaje a la Nación, de apenas cuatro minutos, anunció la recomposición de su gabinete ministerial.

Pero más allá del anuncio de conformar un nuevo gabinete, el cuarto en menos de siete meses de gestión, el presidente Castillo siguió la línea de su defenestrado premier, y volvió a pechar al Congreso de la República acusándolo de haberle negado a Valer la oportunidad de exponer la política general de gobierno y solicitar el voto de confianza.

¿Fue esa la razón por la que decidió recomponer su gabinete? El jefe de Estado no hizo un mea culpa ni dio explicaciones por la designación de Valer Pinto como jefe de su gabinete, que ameritaba tras conocerse los antecedentes del ahora expremier.

El presidente Castillo es el único responsable de la designación de sus ministros y funcionarios de confianza. Es el único responsable de las decisiones equivocadas que ha tomado en estos casi siete meses de gestión, que mantienen al país en una inestabilidad y crisis de la que el pueblo, al que tanto pregona, ya se cansó y por eso su alto índice de desaprobación.

Seguimos sin gabinete y no se sabe hasta cuándo. Se desconoce quién será el nuevo jefe del gabinete ni qué ministros continuarán. Ayer ocurrió algo nunca visto. Hasta tres ministros, César Landa, Roberto Sánchez y Hernando Cevallos, expresaron su rechazo a la continuidad de Valer Pinto en la PCM. Si estaban en desacuerdo, ¿por qué no presentaron su renuncia?

Castillo ha mencionado que la recomposición de su gabinete se hará “teniendo en cuenta la apertura a las fuerzas políticas, académicas y profesionales del país, ya que más allá de las formas de pensar o de ideologías, debemos apuntar a servir de la mejor manera al peruano de a pie”. Eso ya lo dijo desde antes de asumir su mandato y hasta hoy ha hecho lo contrario.

Dijo también que los grandes retos que enfrenta el país son cómo contener la pandemia, la emergencia ambiental, la emergencia por la inseguridad ciudadana, el retorno a la presencialidad escolar, la lucha contra la corrupción y contra la violencia a la mujer, los conflictos sociales, la reactivación económica, la masificación del gas, la segunda reforma agraria, los precios justos de agua luz teléfono y otros. Eso todos lo sabemos y él lo repite constantemente, pero hasta el momento no ha presentado ni un plan concreto para atenderlos.

Ya basta de palabras. Hay que ir a la acción y así como viene conduciendo el país es difícil de creer que lo hará, porque no hay un programa de gobierno visible para llevar adelante los grandes cambios que se necesitan para salir de la grave crisis política, económica y social.

El pueblo ya está cansado de escuchar su firme compromiso con el país para impulsar los grandes cambios. Si no lo entiende señor presidente, solo vamos de Guatemala a Guatepeor.

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