20/10/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El pasado martes 13, la selección peruana de fútbol enfrentó en el marco de las Eliminatorias Sudamericanas al siempre favorito seleccionado de Brasil, que debe ser en la actualidad uno de los 3 mejores equipos del mundo.
Los brasileños salieron a la cancha del Estadio Nacional con sus reconocidas figuras: Neymar, Roberto Firmino y Philippe Coutinho, entre otros. Una constelación de grandes jugadores.
Pero el desarrollo del cotejo no solo tuvo fútbol y goles, sino también engaños y, al árbitro Julio Bascuñán. Perú jugo frente a Brasil sin hinchas, pero con ansias, también con buen fútbol, pero sin maña -léase manejo-, ese que justamente se necesita para los momentos difíciles, que sirve también para que el árbitro sancione lo justo y no beneficie con lo injusto.
Es que estar 2 veces arriba en el marcador con justicia y no poder mantenerlo causa desasosiego. Encima, Brasil es Brasil, 5 veces campeones del mundo. Y ellos no solo jugaron bien, sino que también recurrieron en pasajes al antifútbol, en especial su más rutilante figura: Neymar.
Conocido por ser un crack, pero también por simular faltas, por lo que consiguió un penal inexistente (el segundo); además del primer penal sancionado.
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Todo avalado por el mediocre y dubitativo trabajo de Bascuñán, secundado por sus jueces del VAR. Estos señores que están para asistir y resolver en jugadas dudosas, pero que no vieron todo lo que pasó por sus ojos.
Neymar, que debido a estas acciones se viene convirtiendo en un jugador en la antípoda del fair play; los errores de Bascuñán y su VAR, que favorecieron a la visita, no se quedan atrás; pero tampoco podemos dejar de mencionar aquí el inoperante trabajo en la Federación Peruana de Fútbol (FPF).
Es que Perú fue el único de las 10 selecciones de esta Eliminatoria al que le programaron un árbitro de la misma nacionalidad de su siguiente rival: Chile, ¿Y la FPF?, bien gracias.
Allí habría que hacer mucho más, no solo presentar una tímida carta de queja después de varios días de concluido este bochornoso desempeño de la terna arbitral. Los puntos ya se perdieron.
Las Eliminatorias recién comienzan, pero estas ya se juegan dentro y fuera de las canchas. El siguiente partido es de visita y justamente ante Chile.
Aquí sería recomendable repasar viejas experiencias, por ejemplo, lo ocurrido en las Eliminatorias a Francia 98, donde Juan Carlos Oblitas estuvo como entrenador en el choque ante los sureños, encuentro cargado de acciones anómalas, ocurridas antes, durante y después. Nadie mejor que él para ayudar a planificar esta nueva visita.
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