OPINIÓN | Ántero Flores-Aráoz: "Contendores no enemigos"
Estamos en campaña electoral, que debería ser de confrontación de ideas, de programas, de propuestas, de calidad de los equipos humanos que las harían posible. Empero, no se ve siempre lo que los ingleses llaman el “fair play”, antes bien observamos confrontación que muchas veces llega a lo personal y linda con el insulto e improperios, desconociendo la verdadera naturaleza de las campañas electorales.
En la reciente inauguración en los Estados Unidos de América, del gobierno de Joe Biden, del Partido Demócrata, este expresó entre otros conceptos que “SIN UNIDAD NO HAY PAZ, SOLO AMARGURA Y FURIA, SOLO UNA IRA DESGASTADORA. LA POLÍTICA NO TIENE POR QUÉ SER UNA CONFLAGRACIÓN, DESTRUYENDO TODO A SU CAMINO. TODO DESACUERDO NO TIENE POR QUÉ LLEVAR A UNA GUERRA TOTAL”.
El pensamiento expuesto por el nuevo presidente de la Unión es sumamente claro y aplicable a cualquier país, en que las campañas electorales, lejos de ser confrontación de ideas y propuestas, se convierten en campos de Agramante.
Se supone que todas las agrupaciones políticas y sus militantes tienen por meta lo mejor para su país, en que muy probablemente los caminos para alcanzar el éxito difieran, al igual que las proposiciones y cronogramas para lograrlo, pero ello no tiene por qué transformarlos en enemigos de los unos con los otros y viceversa.
Corresponde al elector escoger entre las proposiciones que vea adecuadas y realizables, descartando las que solo tratan de conseguir adeptos, a sabiendas que son imposibles, por eso debemos trabajar para tener un electorado informado con certidumbre y que no se deje llevar por cantos de sirena.
Pero no basta el análisis de las propuestas, pues ellas se ejecutan por seres humanos, lo que nos tiene que llevar a establecer si los seres humanos a los que nos referimos y son los candidatos, están en capacidad de realizarlas para bien de la colectividad, o si carecen de los requisitos para hacerlas viable, como son experiencia, conocimiento, solvencia moral e intelectual y contar con equipos técnicos de colaboradores que ostenten las mismas calificaciones de probidad.
Importante es que se conozca la hoja de vida de los candidatos, para conocer sus antecedentes, su comportamiento en su núcleo familiar, laboral y, por supuesto, en las comunidades en que actúa. Dice antiguo refrán que “guerra avisada no mata gente” y por eso hay que informarse para evitar malos comportamientos o por lo menos ineficiencia en el ejercicio del poder que otorga la voluntad popular.
Más importante aún es que se conozcan antecedentes policiales y judiciales, así como el comportamiento ético, para no estar nuevamente como electorado, tropezando con la misma piedra.
Como los refranes muestran mucha sabiduría popular, hay que recordar aquel que dice que “gallina que come huevo, aunque le corten el pico”. Si bien personas que pueden haber cometido errores, sancionados penalmente, pueden reintegrarse a la sociedad, fruto de voluntad de cambio, tratándose del ejercicio de función pública, no hay que pecar de ingenuos, siendo preferible ser severos y no permisivos.
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