Violencia infantil proviene de los propios hogares y es consentida por los padres, según Unicef
Según un informe de Unicef, en donde se entrevistaron a más de 6 mil personas en Perú, la mayoría de casos de violencia infantil provienen de las mismas casas de las víctimas y es consentida por los mismos padres.
A través del estudio “Normas Sociales y hallazgos sobre la violencia que afecta a la niñez y la adolescencia” de Unicef, se realizó la investigación en las regiones de Huancavelica, Loreto, Ucayali y el distrito de Carabayllo en Lima, el 24% está de acuerdo con castigar a sus hijos e hijas a través de la violencia.
Esta indagación también determinó que el 63% de casos se responsabiliza a las madres de los menores, pero es ella también quien recibe un castigo moral si sus hijos no actúan como la sociedad espera.
“La violencia hacia la niñez en el Perú tiene cifras desgarradoras. Según la encuesta ENARES, 7 de cada 10 niñas y niños han sido tratados violentamente alguna vez en su vida. Creemos que para encontrar una salida que los proteja no es suficiente conocer las cifras sino saber las razones subyacentes de estos comportamientos violentos hacia los niños, para buscar las mejores soluciones”, refirió la Representante de UNICEF en el Perú, Ana de Mendoza.
En ese sentido, la viceministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Patricia Villa señaló que los cambios culturales, “si bien necesitan diferentes estrategias, los resultados no se ven en el corto plazo sino en el mediano y largo plazo y con base en políticas sostenidas en el tiempo. El estado debe estar involucrado pero el rol de la sociedad civil es fundamental para cambiar los patrones culturales que necesitamos”.
◼ VIOLENCIA SEXUAL EN EL PERÚ
La investigación abarca también el tema de violencia sexual, donde se halló que aproximadamente el 22% de los adolescentes empezaron a tener relaciones a partir de los 12 y 14 años, quienes lo hicieron en contextos abusivos. Este estudio reveló que en las regiones de Loreto y Ucayali existe una normalización de esta clase de abusos entre parejas adolescente y hombres mayores.
Según las respuestas de los encuestados, ellos no consideran como delito el ataque sufrido por la víctima. Si en caso se da un embarazo y el agresor no responde, ellos dan su voz de alarma, no obstante, si el agresor se casa o se hace cargo de la manutención de la adolescente, el problema es olvidado.
Este estudio busca poner en evidencia que las conductas arraigadas en la sociedad son las que culminan perjudicando a los menores y adolescentes violentados, lo que los aleja más de gozar de sus derechos.
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