COVID-19: España vuelve a imponer el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores
Seis meses después de habérsela quitado, los ciudadanos españoles tendrán que volver a partir del jueves a llevar mascarilla en el exterior para contener el avance del covid-19, que alcanzó un récord de casi 50.000 nuevos casos en las últimas 24 horas, anunció el gobierno de España este miércoles.
España, uno de los líderes mundiales de la vacunación, registró el martes un récord nacional de 49.823 nuevos casos de covid-19 en 24 horas y la variante ómicron, más contagiosa, representa ya casi la mitad de los nuevos casos, según el ministerio de Sanidad. "Se establece la obligatoriedad de uso de mascarillas en exteriores", subrayó un comunicado del gobierno.
El texto fue difundido al mismo tiempo que se celebraba una reunión extraordinaria entre el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y los líderes de las comunidades autónomas del país para tratar las medidas contra la propagación de la variante ómicron. "La máscara ha demostrado en los últimos meses ser una herramienta eficaz en la prevención", manifestó Sánchez y agregó que esta medida será "temporal" y se retiraría "lo antes posible".
Con la vista puesta en la Navidad, varias comunidades españolas llevaban semanas pidiendo al gobierno central el endurecimiento de las medidas sanitarias. Algunas, como Cataluña (una de las más pobladas), exigen incluso la vuelta de restricciones más drásticas.
De momento, Cataluña espera la autorización judicial para imponer un toque de queda entre la 01H00 y las 06H00 de la madrugada, así como cerrar las discotecas a partir del jueves por la noche. Además, varias comunidades --entre las que no está Madrid, donde se encuentra la capital--, obligan a presentar un pasaporte sanitario para poder entrar en determinados lugares públicos.
El futuro decreto contendrá otra nueva medida: la validez de la vacunación se establecerá a partir del primero de febrero de 2022 en nueve meses tras la inyección de la segunda dosis. El gobierno anunció también la "intensificación" y la "aceleración" del proceso de vacunación, con objetivos cuantificados respecto a la tercera dosis, el 80% de vacunados entre los 60-69 años.
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