10/08/2022 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
El mensaje de Petro resume y sintetiza un deseo de paz, 800 mil muertos después. Ningún mensaje más vasto y abarcador de filosofía de la vida. Palabras que llaman al dialogo regional por la paz y une a la nación en lo que llama “la no repetición de la violencia”. Una diferencia sustancial con el Perú, incapaz de cerrar la guerra 1980-1992 con un proceso similar
intenso en su simbología, multitudinario, precursor. El acto de asunción al poder de Petro y su discurso es una hoja de ruta para que Colombia dé un giro decisivo. Propone cambios sustanciales: el dialogo nacional, así como llamar a una Convención Internacional para resolver la política antidrogas porque “se ha aplicado la política de los países consumidores”, solidaridad expresada en el pago de impuestos vía una reforma tributaria. Y profundas reformas en Salud, Propiedad Agraria en un decálogo de medidas de su gobierno.
Petro propone un salto cualitativo con una economía que guarde el medio ambiente de la amenaza del cambio climático, asegure la sostenibilidad de la vida.
¿Cuáles son las diferencias entre este mensaje, con varias demandas comunes, con la realidad trágica que hoy vive el Perú? Basta escuchar el mensaje anterior al de Petro del presidente del Congreso, un liberal confeso, que con gran erudición y sentido político habló de la historia de violencia que debe superar el país. Demostración muy clara de la unidad nacional y una clase política muy superior a la del Perú. Primera y decisiva diferencia a pesar del atropello de Duque al prohibir la presencia de la espada de Bolívar y de la Paloma de la Paz. Al final, ya juramentado, Petro pidió a la Casa Militar traer la reliquia del Libertador y cambió la paloma de la paz, una pequeña escultura, por un modesto solapero.
El presidente de Colombia fue enfático en señalar que la corrupción será parte de su giro hacia una Colombia Humana. Allí parece que no habrá “gabinete en la sombra”.
Y claro, Petro no es un improvisado como el gobernante y congresistas del Perú. Ni la violencia de 40 años pudo destruir la fibra institucional de Colombia. No solo por haber recibido una educación apropiada, sino una larga experiencia de servicio: suma haber sido alcalde de Bogotá, varias veces senador y dos veces candidato presidencial.
Enorme diferencia cívica y de servicio, más allá de la tesis bamba, la ignorancia frente al deber ciudadano, o la falta de estrategia política o la corrupción de pirañitas desde el poder. Todo lo que la clase política del Perú debe rectificar radicalmente.
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