10/11/2020 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Con diversos actos se conmemoró ayer el 82 aniversario de la fatídica “Noche de los cristales rotos”, aquel infame operativo denominado “Kristallnacht” por el régimen hitleriano y que fue la declaratoria de guerra abierta a su propia población judía.
Azuzado por su política racista y xenófoba, el régimen nazi preparó el zarpazo para oficializar la exclusión y discriminación de su población judía, a la que en forma sistemática ya hostilizaba y atacaba desde que Hitler asumió como canciller en enero de 1933 y tomó el poder.
Se simuló una espontaneidad falsa, dos días después que un adolescente judío deportado en París matara a un funcionario alemán, en una errada protesta por las deportaciones y confiscaciones de bienes que el gobierno hitleriano ejercía sobre la comunidad judía.
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El ministerio de Propaganda nazi a cargo de Joseph Goebbels se ocupó de la detallada organización de la embestida para disfrazarla de iniciativa popular y que se lanzó contra más de 250 sinagogas de diferentes ciudades alemamnas, las cuales fueron quemadas y arrasadas.
Ese era el principio del horror y se extendió a más de 7.000 comercios de judíos, los que igualmente fueron destrozados y saqueados por turbas de alemanes, los que también atacaron las casas, escuelas y hasta los cementerios judíos.
Policías y bomberos no atendieron ninguna llamada de emergencia. Unos 90 judíos fueron apaleados y asesinados, solo por el hecho de serlos. La barbarie nazi no se quedaría en estos destrozos y abusos, y procedió a la detención de unos 30 mil alemanes judios, los que fueron enviados a campos de concentración en Dachau, Sachsenhausen y Buchenwald.
Ellos serían las primeras víctimas de la política genocida del nazismo, que tras iniciarse la II Guerra Mundial, se extendería contra todos los judíos de Europa. Esa terrible noche pasaría a la historia como la “Kristallnacht”, por la tremenda cantidad de ventanas y vidrieras destrozadas que llenaron las calles.
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