OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Vergüenza debiera darles"

Esas palabras, repetía en varias ocasiones, el extriunfador, como jugador de futbol, Oscar Ruggeri, ganador de todos los torneos de su época, incluyendo un subcampeonato y un campeonato del mundo para su historia. Estos días, en el canal donde actúa como comentarista, colgó la camiseta y los botines, para darle paso al hijo de una madre de 87 años y pedir, para ella, como para todos de la tercera edad, la vacuna tan esperada.

Censuró a los figurones, los nunca ausentes y siempre prestos para aparecer en las filmaciones, y las fotografías, de primeras páginas.

El defensa central, como dicen los comentaristas deportivos, entró con todo ante los irresponsables de la vacuna, especialistas en sacar siempre algo a su favor. Olvidando al resto del mundo, como el caso de la señora madre del “cabezón”, así lo llamaban sus seguidores, en el escenario donde se presentaba el campeón del mundo. Oscar denuncia algo irregular, visto y comprobado, en la mayoría de los países donde se llevó la vacuna.

Les dijo a los funcionarios cómo debió ser la puesta de la vacuna, como el caso del presidente, seguidores de primera línea, pero no las preferencias de “vivos” y “parientes de vivos” favorecidos, olvidándose, como él dice en su intervención, de aquellos que abrieron los surcos, de muchas vidas.

Lo denunciado por Ruggeri lo vivimos en directo por la actitud de eternos aprovechadores. El suceso se ha visto en este joven continente, y en el viejo. Los sentimientos son borrados. Son extirpados en seres humanos que olvidan a los de ayer, y lo dejado, por un par de soles o dólares.

En todos los países se pide justicia. ¿Habrá?, nos preguntamos. Nuestros maestros postergados, nuestros enfermeros, nuestras enfermeras, nuestros de la tercera edad, los abandonados por las calles. Esa justicia la queremos para ahora, no para mañana. Vergüenza debiera darles. La frase de Ruggeri.

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