23/11/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Desde que se aprobó en el Congreso la vacancia de Martín Vizcarra en la presidencia de la República, las manifestaciones multitudinarias de protesta se hicieron sentir en las calles de Lima y diversas regiones del país, pero hubo en estas voces un llamado de atención a la clase política del país: Los jóvenes ya no solo expresaban su rechazo a Manuel Merino, que lo sucedió en el cargo, sino también al destituido exmandatario y a los políticos en general.
“¡Que se vayan todos!”, fue la contundente voz popular. Y tras ello expresaban su indignación por décadas de corrupción, de gobernantes que le dieron la espalda al país y no hicieron nada por la salud, la educación, por resolver la falta de empleo que se ha agravado con esta pandemia hasta llegar a seis millones de peruanos sin trabajo, la falta de oportunidades para los jóvenes que salen de las universidades y no pueden desarrollar las carreras que siguieron, la delincuencia que sigue creciendo en las calles.
El fin de semana, cuando se recordaba la marcha del sábado 14 en la que murieron dos jóvenes y más de un centenar resultaron heridos, los manifestantes ratificaban su rechazo a los políticos e incluso demandaban que no se aprovechen de las marchas para ganar réditos ahora que están en campaña electoral.
El mensaje es claro y debe entenderlo bien la clase política. Se da por descontado que de las 24 agrupaciones de participarán en los comicios del 11 de abril del 2021, no serán más de nueve las que pasen la valla, las demás simplemente desaparecerán del Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones.
Desde Exitosa invocamos desde hace buen tiempo a la ciudadanía para que medite bien su voto a fin de elegir bien al candidato que debe llegar a Palacio de Gobierno o al Congreso de la República. Ya no votar por las candidaturas mediáticas ni por el mal menor, hay que exigir propuestas concretas de cómo resolver los problemas que por décadas afectan al país por la indiferencia de quienes estuvieron en el poder. La ciudadanía está dando muestras de que en estas elecciones será diferente.
Pero, así como los ciudadanos deben aprender a elegir, las agrupaciones políticas tienen también la obligación de presentar listas de candidatos honestos, que tengan vocación de servicio al país y no de apetitos de poder y del dinero. Deben incluir en sus listas personas y profesionales capacitados y que representen verdaderamente a la población, a los pequeños y microempresarios, a los trabajadores, a los desempleados, a quienes hoy no tienen para comer, a los jubilados. De no hacerlo, están condenados a desaparecer todos.