OPINIÓN | Luis Ángeles Laynes: "Basta de insensibilidad"
Ayer mencionábamos, a propósito de la matanza perpetrada por terroristas en Vizcatán, que hay varios enemigos a los que se debe combatir y derrotar en esa parte del país, que no solo son el terrorismo y el narcotráfico, sino otros como la pobreza y el abandono del Estado a una población que además sufre no solo un problema económico, sino muchas carencias en materia de salud, educación, empleo, agua, desagüe.
Hoy agregamos un enemigo más que afecta a un gran sector de la población que se siente discriminada, maltratada. Ese enemigo es la insensibilidad de las autoridades para atenderlos. Y ponemos como ejemplo el caso de los fonavistas, que aportaron durante años un porcentaje de su sueldo para acceder a una casa propia que a la mayoría no se le dio, y por tanto se les debe devolver su dinero porque es de ellos, no es del Estado ni del gobierno.
Sin embargo, otra vez, cuando hay una ley a favor de los trabajadores que debe acatar, el Ejecutivo recurre al Tribunal Constitucional para no cumplir con una obligación. Y llama la atención que el procurador, en su demanda de inconstitucionalidad de la ley, argumente que el Congreso no tiene iniciativa de gasto, cuando el dinero a devolver no es del Estado, es de los trabajadores, que les fue descontado durante años. El propio Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado a través de una resolución que dice que el dinero del Fonavi es de los trabajadores y, por tanto, se les debe devolver.
Lo que comete el Ejecutivo es una injusticia. Quizá esté convencido de que el TC no admita su demanda, pero su estrategia podría ser ganar tiempo, para que transcurran los dos meses que le queda para el cambio de mando y sea el nuevo gobierno quien se encargue del problema y vea cómo les devuelve el dinero a los fonavistas.
Tal como hemos advertido en anteriores oportunidades, como en el caso de la devolución de aportes a los afiliados a la Oficina de Normalización Previsional (ONP), el gobierno recurre al TC para evitar el cumplimiento de la ley, pero no presenta alternativas de solución a los problemas de las personas, en su mayoría adultos mayores que perciben magras pensiones y hoy más que nunca, golpeados por la crisis de la pandemia, necesitan su plata para comer, sobrevivir y atender sus problemas de salud.
El drama de estos millones de peruanos no es de ahora, viene de décadas y ningún gobierno ha querido atenderlo. Con la pandemia, otros millones de peruanos que no tienen cómo, ni con qué pagar sus deudas, sufren la usura de los bancos, que les cobran intereses abusivos y no les dan ningún respiro. Ellos también reclaman atención.
Basta ya de la insensibilidad del Estado para con su gente. Ese es un enemigo más que se debe derrotar y el nuevo gobierno tiene la obligación de hacerlo. Ojalá que en el debate del domingo, los candidatos presidenciales presenten en sus planes de gobierno acciones para que estos millones de peruanos no se sientan nunca más olvidados.
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