OPINIÓN | Lewis Mejía: "Por estas calles"

El inexorable cambio de clima en Lima Metropolitana, el Callao y algunas ciudades costeras, especialmente las ubicadas hacia el sur, presenta nuevos desafíos frente a los accidentes que debemos considerar.

Uno de los principales es el riesgo de protagonizar un accidente de tránsito de preocupantes consecuencias, con un saldo de víctimas debido al exceso de velocidad, a la sobre confianza o al descuido.

Nos referimos a la posibilidad de un despiste, un choque, una volcadura, eventos cercanos de los que debemos cuidarnos ante el incremento de la humedad que cubre el asfaltado.

A una baja en la temperatura ambiental por estos días, también le acompaña la neblina, que al amanecer se tarda en levantar y que puede reducir seriamente la visibilidad del conductor.

Pero también del peatón, quien en buena parte de los accidentes lleva la peor parte, pero también carga con la culpa de no respetar las señales de tránsito, como los cruces peatonales.

Este es un dato que no queda muy en claro a la hora de un choque o atropello, porque las normas legales le cargan al conductor de un vehículo automotriz la mayor responsabilidad en un evento de estas características.

Sin embargo, buena parte de la culpa -por así decirlo- de un hecho de sangre en las pistas tiene que ver con la imprudencia de las personas, o el exceso de confianza.

Por eso, y sobre todo en estos días que se hacen oscuros al amanecer, es necesario estar atento al cambio de luces del semáforo, evitando cruzar en ámbar, y naturalmente en rojo.

Si bien es cierto que el verde significa que podemos cruzar, pese a ello es mejor caminar a la defensiva, mirando siempre la calle para poder reaccionar a tiempo por si algún piloto se descuida.

Las esquinas con quioscos de periódicos, postes de alumbrado público o de telefonía, entre otros, a veces dificultan identificar una figura humana sobre todo muy de mañana.

La situación se complica si sumamos que debido a la pandemia se ha impuesto, en gran medida, la movilización de las personas utilizando la bicicleta como medio de transporte al trabajo.

En ese contexto, la prudencia de los ciclistas debe ser mayor, empezando desde el uso del casco de seguridad y las respectivas luces reflectivas en 'la bicla', hasta el mantenimiento adecuado de los frenos.

Y así como hablar por teléfono mientras se conduce un automóvil es peligroso, en el caso de los andantes también lo es, así que antes de cruzar la pista es mejor que corte la llamada y se mantenga atento a lo que está pasando a su alrededor.

Recuerda que la prevención de accidentes también depende de ti y de tus actitudes.

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