OPINIÓN | Lewis Mejía: "Homenaje a la mujer bombera"
Si tiene la oportunidad, salúdela - sin acercase mucho por medida de bioseguridad ante el Covid-19 - y exprésele su agradecimiento por estar allí, justo en el momento indicado.
Hablamos de las mujeres en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, que esta semana celebraron - es un decir en estos momentos de pandemia - un aniversario más de su incorporación a la institución humanitaria.
Todo empezó un 2 de noviembre de 1969, cuando un puñado de damas, hijas, hermanas y sobrinas de veteranos bomberos del Callao, iniciaron sus entrenamientos en prevención y lucha contra incendios.
Tiempo después, estas chicas, como la gran Edda Airaldi Soria, que hasta hoy viste el uniforme y asiste al cuartel, fueron integradas y reconocidas oficialmente por el Congreso de la República.
La verdad que al principio no se les dejaba acercarse mucho al peligro, por el sentimiento paternalista existente, y siempre había mucho cuidado con ellas durante los incidentes.
Sin embargo, la consolidación de esta figura se llevó a cabo durante la década de 1980 hacia adelante, cuando empezaron a incorporarse las primeras mujeres para desempeñarse como auxiliares, camilleras.
Los atentados terroristas de la época, las explosiones y balaceras, generaron el ambiente adecuado para que las profesionales en salud dieran un paso adelante y se incorporaran a la Bomba.
Ellas siguieron - y siguen - el ejemplo de entrega de la comandante Judith Barreto Navarro, enfermera de profesión que vivía cerca de un cuartel de Bomberos Voluntarios en Lima.
Y que, al escuchar el toque de la sirena, cogía su maletín de primeros auxilios y se paraba en la puerta de su propia casa para subir prácticamente al vuelo a la ambulancia.
Hoy, las mujeres forman parte de las tripulaciones de las autobombas, ambulancias, carros de rescate y otras unidades móviles pintadas de rojo que salen a brindar auxilio ante un incendio.
No solo eso, también las tenemos en la modalidad de conductoras de los pesados vehículos de respuesta a emergencia, que conducen con rapidez y prudencia.
En el componente femenino de casi 7 mil mujeres, tenemos ingenieras, doctoras, arquitectas, profesoras, amas de casa, estudiantes universitarias o emprendedoras.
Muchas son madres, hermanas, hijas y hasta abuelas de otros Bomberos, que hoy visten el overol rojo y realizan tan bien como sus colegas varones las maniobras para estabilizar un vehículo accidentado o salvar la vida a un atropellado.
“Damas del Fuego”, ellas también son las que lideran - como primeras o segundas jefas - varias de las 243 Compañías de Bomberos que operan a nivel nacional.
Recordar en estas breves líneas es parte del homenaje muy merecido para ellas, que también son responsables de atender las 120 mil emergencias que se registran al año.