OPINIÓN | Lewis Mejía: "El teléfono móvil y la seguridad del conductor"
Hasta antes de que el teléfono móvil se masificara, aportando todas las maravillosas opciones de comunicación que actualmente nos facilitan la vida, conducir y hablar era una acción altamente segura.
Muy infrecuentes eran los automóviles particulares que contaban con un sistema de comunicación, que era generalmente en base a equipos de radio portátiles.
Estos dispositivos permitían efectuar un diálogo corto y concreto, de pocas palabras, sobre información de utilidad y muy precisa respecto a, generalmente, temas de interés.
Sin embargo, hoy el panorama es diferente, con la consolidación del smartphone como medio de llamar y recibir llamadas, pero sobre todo de enviar mensajes de texto.
Y leerlos, porque las aplicaciones tipo Whatsapp permiten enviar comentarios o declaraciones en el formato de audio, pero son más los que escriben o contestan mensajes.
Lo hacen mientras manejan, con una mano en el volante y la otra tratando de teclear en las breves paradas ante el semáforo en rojo, o en las congestiones por las calles de la ciudad.
Esa acción es sumamente peligrosa, porque al manejar se hace necesario tener los cinco sentidos puestos sobre lo que hace nuestro auto y lo que está ocurriendo en la calle.
El escenario se complica en un país como el nuestro, donde los peruanos estamos, lamentablemente, muy poco acostumbrados a respetar el reglamento de tránsito.
Manejar y escribir o leer un mensaje en el teléfono móvil puede ocasionar un accidente vehicular, una volcadura, un atropello o alguna situación de mayor riesgo, no lo haga.
Lo mejor es orillarse a la derecha, detenerse en un lugar tranquilo -apague el motor para mayor seguridad-, observe si hay personas cerca de donde usted se encuentra, y trate de adivinar sus intenciones.
Y si las condiciones son seguras, recién en ese momento proceda a enviar o reciba toda la información que desee.
Pero no maneje mientras contesta el celular, menos aún si se trata de redactar un mensaje de texto.
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