OPINIÓN | Lewis Mejía: "El ejemplo de Miami"
El más reciente reporte confirma que al menos 20 personas, incluyendo a tres niños, han fallecido en el derrumbe de un edificio residencial ubicado en un balneario de la ciudad de Miami, en el estado de Florida, Estados Unidos.
Desde el inicio de la emergencia, el pasado 24 de junio, los rescatistas tratan de ubicar a otros 128 desafortunados habitantes de la colapsada construcción, que al parecer se hallarían atrapados bajo toneladas de escombros.
Para complicar las cosas, la amenaza de un temporal -vientos fuertes y lluvias intensas paralizó las labores de búsqueda por algunas horas, en uno de los países que mayor cuidado y fiscalización pone en temas de seguridad.
Se conoce que en Miami este edificio tenía más de 40 años y estaba a punto de atravesar una inspección a profundidad a cargo de expertos para saber dónde reforzar y qué arreglar.
¿Cuántos potenciales accidentes de similares características aguardan producirse en nuestra ciudad capital o en otras urbes importantes a lo largo de la costa peruana?
Es una buena pregunta que debemos hacernos en estos días, en los que todavía nos recuperamos del susto por el fuerte sismo que estremeció Lima y Callao la semana pasada.
Las viviendas antiguas sí pueden hablar, pero no en nuestro idioma, ellas se expresan a través de otro lenguaje que, sin embargo, podemos entender si les ponemos atención: como las rajaduras en las paredes.
Los riesgos se incrementan ante la penosa realidad de la autoconstrucción en muchísimos distritos, donde barrios enteros se levantaron gracias al esfuerzo de sus habitantes.
Pero, lamentablemente, sin la debida supervisión de ingenieros y arquitectos, que son los verdaderos profesionales en la construcción civil y responsables de llevar adelante los proyectos de edificación.
¿Qué podemos hacer? Las lecciones del derrumbe de una de las Torres Champlain Sur, en Miami, es no dejar pasar el tiempo y tomar decisiones rápidas y efectivas.
Varios sobrevivientes del desastre recuerdan que en semanas e incluso meses anteriores estuvieron evaluando, analizando y conversando sobre la necesidad de hacer un estudio sobre la fiabilidad de la construcción.
Pero demoraron en llegar a un acuerdo y ahora vemos los resultados: alrededor de un centenar de familias atravesadas por el dolor y la duda sobre si sus familiares pueden ser encontrados.
Este sábado, después de almorzar, reunámonos en familia y conversemos sobre cuál es el estado de nuestra casa, pues todavía podemos estar a tiempo de reparar esas grietas en los muros.
Y una vez tomada la decisión, encarguemos la tarea a un profesional competente, no a cualquier amigo o vecino sin los conocimientos técnicos necesarios para concretar un trabajo seguro y duradero.
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