OPINIÓN | Eduardo González Viaña: "¿Felices fiestas o feliz Navidad?"
De Estados Unidos suelen llegarnos las modas: las buenas, las malas y también las idiotas. En vísperas de la Navidad más triste de este siglo, recuerdo algo que me ocurrió allá hace 10 años.
“Happy Holidays” (felices fiestas a secas, y no feliz Navidad) decía la primera tarjeta que recibí en diciembre del 2010, y creí que me la enviaba mi banco.
Me equivocaba. Me la enviaba Rigoberto Masa, catedrático en una universidad cercana. RM va a la misa en español con su familia todos los domingos y pasa la bolsita de la colecta, pero esconde la mención cristiana de la navidad porque en los ambientes académicos está socialmente prohibida, y teme que sus amigos gringos (quienes lo llaman Rigg) lo consideren un latino conservador, ignorante, retrógrado, machista y primitivo.
Los norteamericanos “políticamente correctos” impusieron esa prohibición hace unos años, y ahora todo el mundo la acata.
Por mi parte, yo sencillamente no la acepto, y quiero desear a mis lectores una feliz Navidad.
◼ MI FILIACIÓN CRISTIANA
Debo agradecer a “Rigg” y a sus rígidos censores la oportunidad de ratificar en público mi filiación cristiana. Ella le da forma y sentido a mi vida, y le pone su sello a todo lo que hago, pienso, escribo y sueño. El signo de la cruz, incluso, me orientó desde temprano hacia el socialismo, una forma ética de vivir y una idea que los malvados declararon anticristiana y que, sin embargo, es la mejor manera de lograr que se haga verdad en la tierra la justicia prometida por el Hijo del carpintero. Ser cristiano, por fin, me hace miembro de una comunidad eterna e indeciblemente feliz
¿Soy un cristiano a rajatabla? Sí y no... En la historia universal, me repugnan las Cruzadas, las conversiones forzadas, la diabólica Santa Inquisición y el apoyo a los ricos y a los poderosos dispensado por la iglesia y, sin embargo, no renuncio a mi cristianismo, esa fuerza carismática que a cada momento se despierta, condena y reforma las instituciones humanas. Pensemos en el profeta Gustavo Gutiérrez...
En la Roma de los césares, los perseguidos cristianos festejaban la presencia eterna de Hijo del Hombre, trazando el signo del pescado sobre la arena y bendiciéndose recíprocamente antes de ser entregados a las fieras. Ser valiente es una condición para ser cristiano, querido Rigg. No te dejes censurar. ¡Anda, anímate y dinos algo más que “felices fiestas!”.