11/02/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el período 1990 - 2018 el número de compatriotas en el exterior alcanzó la cifra de 3'165,894. De este grupo migratorio, el 51,6% son mujeres y el 48,4% son hombres y, al momento de salir del país tenían entre 25 y 34 años de edad (24,2%), 25 a 29 años (12,2%) y de 30 a 34 años de edad (2%).
Asimismo, el 56% de los que emigraron (261,035) lo hicieron en edad activa, siendo profesores, ingenieros, administradores de empresas, enfermeros, contadores, médicos, odontólogos o abogados, del cual el 70,1% se encontraba entre las edades de 15 a 49 años. De donde, existe la posibilidad de que la emigración de peruanos en edad laboral haya sido para la búsqueda de empleo.
Eso implicaría también que, al emigrar, el compatriota haya ejercido una actividad lucrativa, habiendo o no cotizado a una caja de pensión. Este ciclo migratorio termina con el regreso de nuestros compatriotas al Perú. En este escenario, al 2020 la cantidad de peruanos que regresaron fue de 327,514, de los cuales 51,9% (169,873) fueron mujeres y el 48,1% (157,641) fueron hombres. Es aquí donde empieza la complicación para nuestros compatriotas en el exterior.
La realidad nos muestra que una parte de ellos ha podido cotizar a un fondo de pensión en el país que los acogió. Otra parte, pese a estar trabajando legalmente, ha recibido dinero en sobre, sin que el empleador pague a la caja de pensión. Finalmente, el compatriota ha podido estar indocumentado durante ese tiempo, perdiendo años de cotización, tanto en el país donde se encuentra como en el Perú.
Una vez regresado al Perú, nuestro compatriota se encontrará entonces en las estadísticas que se conocen: al primer semestre del 2020, solo el 31,2% de la población se encontraba afiliado a algún sistema de pensiones, es decir, 7'278,800 personas. Eso quiere decir que, de cada 10 peruanos, 7 no están afiliados a ningún sistema de pensiones, sea público o privado.
Esto significa que el 49.8% de la población económicamente activa (8.5 millones de trabajadores) no cotiza en ningún sistema de pensiones. En ese sentido, es necesario que el compatriota que emigra pueda mantener su fondo de pensión por el tiempo que se ausenta, cotizando una anualidad desde donde se encuentre, evitando de esta manera la perdida de años de cotización. Así, a su retiro podrá disfrutar de un plan de ahorro previsional para financiar su vejez, invalidez o sobrevivencia.
También puedes leer: OPINIÓN | Carlos Jaico: “¿Qué hace que las economías crezcan y se desarrollen?”
También puedes leer: OPINIÓN | Carlos Jaico: “Hacia una ciudadanía de deberes y derechos”
También puedes leer: OPINIÓN | Carlos Jaico: “Ausentismo y abstencionismo en democracia”