OPINIÓN | Carlos Jaico: "Apuros electorales en la CAF"
A partir del 28 de julio, el Perú estará saliendo de la pandemia y la elección presidencial. La primera ve su nivel de contagios reducirse cada día, apoyado en esto por el avance de la vacunación ayudando a la recuperación económica. La segunda, cerrará su círculo dejando claro estas elecciones “fueron justas y un modelo de democracia”, como lo anunciaron los múltiples observadores internacionales.
Enseguida, el nuevo gobierno salido de las urnas requerirá para sus proyectos de desarrollo la participación del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Al respecto, la renuncia de Luis Carranza como presidente, luego de denuncias de acoso y abuso de poder, puso al mayor banco de desarrollo de América Latina en una encrucijada. Quien debe reemplazarlo aún no ha sido elegido y las elecciones se prevén para el 5 de julio 2021. Los candidatos para nuevo presidente ejecutivo de la CAF son Christian Gonzalo Asinelli, de Argentina, y Sergio Díaz-Granados de Colombia.
En ese contexto, tuvo lugar la reunión extraordinaria de directorio de la CAF para aprobar el cronograma y elegir a su presidente ejecutivo. Así, el 20 de mayo participaron el ministro de economía Waldo Mendoza y Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú. El primero, habló en el sentido que se “harán los esfuerzos para que la siguiente administración apoye la designación”. El segundo garantizaba “conversar con las autoridades electas”, debido a que estábamos antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Sin embargo, pasado el 6 de junio, el voto del Perú se orientó hacia el candidato de Colombia, sin haber consultado al presidente electo. Si bien es cierto que la resolución del Jurado Nacional de Elecciones saldría antes de julio, el problema radica en que el gobierno de transición no puede dejarle al próximo gobierno una presidencia de la CAF inamovible durante cinco años, sin que su opinión haya sido requerida.
La relación de la presidencia de esta institución con el gobierno peruano podría comprometer sus proyectos presentes y futuros. Cabe recalcar que, en el año 2020, fueron desembolsados 10 mil millones de dólares en proyectos de desarrollo. Lo correcto, dada la situación electoral, sería que la elección fuese transferida para el 2 de agosto 2021, fecha en la que el nuevo presidente del Perú ya habrá tomado las riendas del país.
De esta manera, el Perú podrá tomar la mejor decisión con respecto a la presidencia de la CAF, y posicionarse de acuerdo con sus intereses.
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