OPINIÓN | Ántero Flores-Aráoz: "Flores SÍ, oxígeno NO"
Al igual como los sacerdotes leen el Evangelio, los imanes el Corán, y los judíos el Antiguo Testamento, los abogados peruanos leemos cotidianamente el diario oficial “El Peruano”, aunque por lo menos el cuadernillo de las “Normas Legales”.
Bueno pues, hace algunos días al revisar dicho cuadernillo, leí una Resolución Ministerial, emitida por el Sector “Desarrollo Agrario y Riego”, en cuyos considerandos se enunciaba que entre sus funciones se encontraba la de promover el desarrollo productivo y sostenible de los agentes agrarios. Además, que la “Política Nacional Agraria” tiene por finalidad lograr el incremento sostenido de los ingresos y medios de vida de los productores agrarios. También que el “Plan Estratégico Institucional PEI 2019-2024” es para mejorar las capacidades productivas y comerciales de los productores agrarios.
Cualquier lector hubiese supuesto que tan apabullantes fundamentos hubiesen llevado a disponer políticas de crédito agrario, mayores facilidades y recursos para el Agrobanco, líneas de crédito agro-pecuario en COFIDE, precios de refugio para los tubérculos andinos, asociatividad de los productores agrarios búsqueda de nuevos mercados de exportación, suministro de fertilizantes y de plaguicidas agrícolas, asistencia técnica de calidad desde el Estado, ampliación de la frontera agrícola, nuevas irrigaciones y culminación de las que están en ejecución, o propuestas para revertir la candorosa derogación de un régimen legal agrícola que había permitido el crecimiento del Sector.
Lamentablemente los lectores de la norma fuimos ingenuos y diría que también ilusos, pues los descomunales y magnificados considerandos de la norma, únicamente llevaban a la alucinante declaración del segundo domingo de cada mes de noviembre, como “Día Nacional de las Flores”.
Somos conscientes de que la floricultura viene en ascenso y que de año en año se eleva su exportación, pero de allí, con los problemas que tienen hoy los agricultores en general, no tiene ningún sentido estar con declaracioncitas del día de las flores, y lo digo pese a llevar tal apellido.
La pandemia que viene afectando al mundo y su atención defectuosa en el Perú, ha generado en nuestra patria, particularmente a los pobladores de zonas rurales y especialmente a los agricultores, carencia de atención de salud conveniente, inexistencia de camas UCI disponibles por ningún lado, con las postas médicas cerradas, y sin oxígeno ni plantas suficientes para su producción.
Lo antes señalado ha hecho que se incremente y suba la curva de fallecidos por el COVID-19, que estemos enfrentando una terrible segunda ola y que probablemente se inicie una tercera, por lo que frente a ese panorama desolador, es menester que todas nuestras autoridades se involucren en el tema y en tratar de resolver la crisis económica que como coronario de la crisis sanitaria nos afecta terriblemente.
Es por lo últimamente expresado, que nos llama la atención que un sector público tan destacable, utilice valioso tiempo, en plena pandemia, para declarar un día de noviembre como Día de las Flores. Los jóvenes dirían: “ubíquense señores” y los seguidores del castellano inclusivo: “señoras y señores”.
Aunque no lo crean, también declararon el 3 de setiembre “Día Nacional del Tarwi”.
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