21/02/2021 / Exitosa Noticias / Portada / Actualizado al 09/01/2023
Lamentable. Después que Juan Quiñones Miranda, voluntario del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), falleciera a causa del covid-19, su hija Magnolia Quiñones conversó con Exitosa y dio más detalles sobre este caso.
"El a su edad (76) fue aceptado para esta investigación. Era diabético. Hace 10 años lo habían operado de cáncer a la protesta. Él recibió la primera dosis en octubre y la segunda, en noviembre. A partir de esa fecha, fue monitoreado en la universidad. Lo hacían venir a Lima cada 15 días para hacerle sus análisis", enfatizó.
Tras culminar con la inoculación de las dosis, Quiñones retorna a su vida normal. Un mes después, recibe la noticia del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), que le informa sobre una nueva operación de próstata que debían hacerle.
Le programan una cita para la última semana de enero, a fin de tomarle los análisis de salud correspondientes. Sin embargo, la enfermera rechaza atenderlo debido a que contaba una garraspera. "Le voy a dar una nueva cita. Usted tiene que regresar con su prueba covid-19", le dicen.
Ante esta situación, retorna a su ciudad natal y se dispone a realizarse la prueba de COVID-19. Su hija cuenta que su padre tuvo que acudir hasta la Fiscalía para pueda disponer de un descarte de la infección. Es allí donde se da con la sorpresa de que su prueba arroja positivo y se comunica con el personal del estudio de la UPCH. Era el 2 de febrero.
La UPCH le ofreció a mi padre medicinas, hospitalización, oxígeno y todo lo que pudiera necesitar en caso se enfermara. Pero no nos cumplieron
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La doctora que lo monitoreaba recibe su comunicación y lo cita para el 5 de febrero. No obstante, no logra trasladarse a Lima por las restricciones del gobierno para mitigar la pandemia. La familia pide que envíen una ambulancia, pero la universidad le contesta que no tiene recursos.
Con el pasar de los días. la simple garraspera se convirtió en una fiebre alta y luego, neumonía. Empezó a faltarle el oxígeno y la atención en casa se tornó insuficiente. Después de varios esfuerzos, sus hijos lograron internarlo en el Hospital Regional de Chimbote. Al inicio, pudieron establecerlo en 92 de saturación de oxígeno. Pero en los días siguientes, bajó a 80 hasta finalmente, dejó de existir el jueves pasado.En esa línea, Magnolia acusa a la UPCH por no atender a su padre, tal como lo habían prometido en el documento que firmó, en donde especifican atención médica y medicinas gratuitas debido a su colaboración con los estudios. Hasta la fecha, no le comunican a los familiares si lo que recibió Juan Quiñones fue la vacuna o el placebo.
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