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OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: “El primer día"

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16-03-2021

El primer día de clases, en el pasado, siempre fue una fiesta para todos los hogares. Todo comenzaba cuando, la mamá, se movilizaba para la compra de los útiles, el uniforme y los “malditos” zapatos que, siempre, nos hacían sufrir todas las primeras semanas.

Hoy todo resulta diferente. El primer día de clases todos, papá, mamá, abuelos, hermanos madrugaban para ver partir al niño o la niña. Muchos los acompañaban hasta las puertas del colegio donde, al llegar, encontrábamos una verdadera romería, de parientes, viendo el ingreso de los muchachos.

Era también un encuentro de progenitoras, saludándose con afecto, y un muy alegre, “ahora nos veremos más seguido”. Y era cierto.

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El primer día de clases era incorporar, como niños, a una persona, mujer u hombre, con demasiado aporte, a nuestro mañana y, también nuestro pasado mañana. Serán personas con mucha presencia en nuestra existencia.

Será quien nos enseñará las vocales, las primeras letras, historia, ciencias y lo más terrible, las tablas de multiplicar, un sufrimiento eterno, para todo educando.

El primer día de clases es un suceso de nuestra vida con gran repercusión en el mañana, pero también, un legado eterno. Nunca se nos olvidará. Ese día estamos recibiendo los cimientos, de lo que será el edificio de nuestra vida. Esa maestra, ese profesor, nos dejarán una herencia eterna para enfrentar nuestra existencia.

La pandemia nos ha llevado a otra realidad y, en esta oportunidad, muchos chicos no podrán sentir el calor de un profesor o profesora directamente. Es diferente y por ello seguimos maldiciendo esta pandemia.

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