OPINIÓN | Lewis Mejía Prada: Solidaridad con nuestra hermana policía accidentada

La labor policial tiene sus desafíos y riesgos muy serios, que con frecuencia van más allá de la lucha contra el crimen y de los esfuerzos en favor del fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Nos referimos al control del tránsito vehicular, tanto urbano como a nivel de las carreteras de nuestro país, una labor muy compleja que desarrolla nuestra Policía Nacional del Perú las 24 horas los 365 días del año.

Precisamente, en ese marco, una mujer-policía que cumplía con su trabajo perdió la mano derecha tras resultar atropellada por un bus en la vía de Evitamiento, en Lima.

Dentro de este drama, ella pudo ser rápidamente auxiliada por sus compañeros y conducida en una ambulancia a un centro médico donde la estabilizaron y salvaron su vida.

Desde el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) nos solidarizamos con la uniformada, y expresamos nuestros votos para que logre la recuperación tanto física como mental ante esa desgracia.

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Sin embargo, también es preciso hacer un llamado a la reflexión -uno más- para que los conductores o choferes manejen sus vehículos de manera tal que no generen este tipo de sucesos.

Especialmente quienes están a cargo del servicio de transporte público, es decir a los taxistas, los microbuseros y los pilotos de buses interprovinciales, que tienen la delicada responsabilidad de transportar personas.

Acelerar intempestivamente, no respetar las señales de tránsito, ignorar las luces del semáforo, superar los límites de velocidad, manejar en estado de ebriedad, es algo que se debe evitar para siempre.

Igualmente, hacer carreras para ganar uno u otro pasajero y tener un sol más en el bolsillo, porque ese acto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para un transeúnte o pasajero.

Si queremos vivir en un país más seguro, en una sociedad más justa; si queremos dejar para nuestros hijos un mejor espacio para vivir, este es el momento de hacer algo positivo.

Paremos los accidentes de tránsito, evitemos más muertes y dolor en las pistas y avenidas de nuestra ciudad. Hagámoslo juntos, con respeto a las reglas y, sobre todo, a los seres humanos

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