OPINIÓN | Javier Zúñiga: "Comportamiento del empleo durante la pandemia"
Los meses de abril, mayo y junio provocado por el aislamiento social, fueron los más afectados en el ámbito laboral. En este trimestre móvil, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), registró 10 millones 272 mil personas con empleo en todo el Perú; si se compara con los meses de abril a junio del 2019, se perdió un 39.6%. En la pandemia, disminuyeron 6 millones 720 mil empleos a nivel nacional.
De acuerdo con el INEI, en el trimestre móvil de los meses de julio, agosto y setiembre, el empleo nacional aumentó a 14 millones 257 mil puestos, 38.7% superior al trimestre móvil anterior. Pero esta cifra muestra una disminución laboral de 17.1%, frente a los 17 millones 199 mil empleos entre julio y setiembre del 2019.
Luego del programa Reactiva Perú (abril), se esperaba que las empresas pudieran obtener capital para hacer frente a sus obligaciones (cadena de pagos) y, así, mantener a gran parte de sus trabajadores. Sin embargo, el reducido alcance del Programa de Reactiva para las micro y pequeñas empresas las obligó a prescindir de muchos de sus trabajadores.
La suspensión perfecta de labores, situación que permitía a las empresas mantener a sus trabajadores en sus puestos laborales sin recibir remuneración ni otro tipo de beneficios (como las gratificaciones o CTS), generó que gran parte de la población se considere como “empleados” que no reciben recursos económicos.
Esta barrera laboral ha ocasionado actualmente que más personas pasen al sector informal. El INEI indica que, al tercer trimestre del 2020, el 75.2% de los peruanos son trabajadores informales. Esta situación tiene un efecto en el ámbito de los salarios; pues el trabajador informal gana aproximadamente 1,000 soles menos que un trabajador formal, realizando la misma tarea.
La Organización Mundial de Trabajo (OIT), recomienda que se realice una reactivación laboral dentro de la reactivación económica a través de la diversificación productiva, la inversión en políticas activas del mercado laboral, el fomento del empleo mediante la formación (educación), digitalización y el impulso de nuevos sectores productivos.
Es necesario y recomendable que el gobierno desarrolle un plan estratégico para la promoción de empleo de largo plazo. Esta promoción debe de tener continuidad con la futura Presidencia de la República para no perder tiempo, recursos y, lo más importante, el bienestar de la población.