OPINIÓN | Dr. Edhín Campos Barranzuela: "Una esperanza contra el Covid-19"
Bastante satisfacción se ha producido en la comunidad jurídica y opinión pública la emisión de la reciente sentencia del Segundo Juzgado en lo Civil de La Molina, que declara fundado el proceso constitucional de amparo interpuesto por su alcalde y autoriza a las empresas del sector privado a importar vacunas, para su distribución gratuita a su personal y familiares directos.
En efecto, en esta resolución susceptible de recurso impugnativo de apelación, se dispone que, para su inoculación, se deben respetar los protocolos de higiene y seguridad que establece el Ministerio de Salud, para que se pueda coadyuvar en el proceso nacional de vacunación de manera alterna. Asimismo, se declara inaplicable el Art. 5 de la Ley 31091, en el extremo del cumplimiento del esquema de vacunación con participación de los gobiernos locales y de los sectores de salud para garantizar el acceso y cobertura y, además, se exhorta al Poder Ejecutivo para que trabaje de manera conjunta con los gobiernos locales y regionales en el proceso de vacunación a la población.
No cabe duda de que esta resolución judicial se ha dado en un contexto mediante el cual los diferentes medios de comunicación social han propalado la información, relacionados con el fallecimiento de personas, que ya ascendería presuntamente a 180,805 y que ubica a nuestro país en el quinto lugar después de Estados Unidos, Brasil, México e India.
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Los datos oficiales de fallecidos eran de 68,550 aproximadamente de los últimos catorce meses, luego se solicitó sincerar las cifras, pues la cantidad de muertos que aparecían en las diferentes instituciones públicas como Reniec, Ministerio de Salud y Sinadef no coincidían, por lo que ahora la cifra bordea los 180,805 fallecidos, es decir tres veces más y con posibilidad de seguir creciendo.
Estas cifras se han incrementado al interior del país como en las ciudades de Lima, Arequipa, Puno, Piura, La Libertad, Huánuco, etc. en donde se ha detectado un inusitado aumento por motivos de la falta de oxígeno, ventiladores mecánicos, falta de capacidad hospitalaria y camas UCI, medicinas, disminución de recursos humanos y, mayormente, por la sobredemanda de atención médica.
Urge seguir conociendo, por más doloroso que sea, cuáles son las cifras reales de todos los peruanos fallecidos hasta la fecha, pues minuto a minuto se puede apreciar a través de las redes sociales que un familiar, amigo, vecino, compañero y persona conocida ha fallecido.
En tal sentido, no cabe duda que atravesamos por una difícil situación sanitaria y es probable que exista un rebrote del Covid-19 con una nueva sepa y las cifras de personas fallecidas se sigan incrementando; sin embargo, será importante que los peruanos tengamos conocimiento exacto de las cifras oficiales de nuestros muertos, porque será a través de las estadísticas que las autoridades tomen mejores decisiones para evitar más muertes.
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