26/01/2020 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Creado en 1982, en el apogeo de la dictadura de Pinochet, se vendió bajo el argumento de que las personas podrían jubilarse con mínimo el 70% de sus salarios. Lo objetivo es que el promedio pensional, es del 20% y el 30% con US$ 200 para hombres y US$ 150 para mujeres; es decir un tercio del salario mínimo de Chile. Y este promedio consigna al 80% de pensionados con menos del salario mínimo cada mes y Chile es un país con uno de los costos de vida más altos de América Latina.
El Banco Mundial promovió a este sistema, prestando U$ 5.4 mil millones a 68 países desde 1984 hasta 2004 para reformar sus sistemas de seguridad social.
Unos 22 países de todo el mundo adoptaron este tipo de esquema, 10 de ellos en América Latina.
En el 2008, en Chile se introdujo una reforma que aumenta la denominada Pensión Mínima de Solidaridad, para complementar los ingresos de los asalariados más bajos. También una medida de equidad de género en el pago complementario. Sin embargo, los pilares básicos del esquema permanecieron intactos.
En 2013, un nuevo movimiento social llamado "No + AFP", salió a la calle y exigió el fin del sistema.
Un primer paso en la dirección correcta sería un sistema mixto de pago por uso y las cuentas actuales. Dejar que las AFP continúen administrando los más de US$ 200 mil millones que ha acumulado de fondo, pero legislar para que, el 10% deducido de todos los cheques de pago de los chilenos hasta 450,000 pesos se haga público. Aquellos que quieran agregar más a sus cuentas para aumentar sus pensiones serán bienvenidos.
Pero esto ya no puede esperar mas, en un sistema en donde quien pierde es el pensionado. Todos, incluyendo el gobierno que se financia con bonos, ganan. Y eso cómo se comprenderá, es la “cruda realidad” de este sistema sobre vendido sin duda alguna.
Se acaba de anunciar por el gobierno de Chile un aumento gradual en la tasa de aporte de los trabajadores en 60%. Es decir del 10% se pasaría a 16% del salario todo a cargo del empleador en que la mitad iría a la cuenta del trabajador hoy con 10% y la otra mitad a un fondo público denominado Fondo de Ahorro Colectivo y Solidario.
Cambio drástico a lo de Bachelet. Y aquí en Perú, pues no pasa nada. Quieren subsidios del Estado los razudos de las AFP, que ganan en paila.