“Gasolina: De 10 centavos a más de 5 dólares”, por Dennis Falvy
Mucho de lo que discurre y trasciende sobre economía en los medios de comunicación, es una verdad a medias y que sostenidamente obedece a intereses de tipo comercial, ideológicos o a la propia ignorancia de los que opinan.
Un hecho claro fue, cuando el régimen de Fujimori que subió en agosto de 1990 en 3,000% los combustibles y a los pocos meses en diciembre, 60% adicional, con lo cual las gasolinas subieron 4,800% (48 veces de agosto a diciembre) y no pasó nada, pues estábamos enfrascados en virgencitas que lloraban o en tratar de meter a la cárcel a Alan García por el tema de los penales o creer en eso de la sustitución de cultivos por el tema de la droga, bautizada como la “Doctrina Fujimori”.
Es decir, abundancia de psicosociales. La economía, entonces, no argumenta todo lo que los economistas dicen que ella meridianamente explica. Lo que se advirtió En la pre pandemia, el profesor Richard Webb en su libro “Conexión y despegue rural”, nos advirtió que existe una alta correlación entre la ruralidad y la productividad.
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Y en base a encuestas a 176 distritos rurales de alta pobreza, comprobó que el despegue se ha efectuado hace 2 décadas explicándose, entre otros factores, por la construcción anual de kilómetros de camino y por ende de vehículos que hacen servicio al interior del país, así como la difusión del internet y el acceso masivo al teléfono celular.
La explicación del despegue rural, se basa en la repentina transformación y mejora de la plataforma comunicativa iniciada a mediados de los 90´s que abarcó los caminos y otra infraestructura de transporte de carga y personas, junto con la llegada de las comunicaciones. Esto reforzado por el avance de la electrificación rural.
Incluso Webb publicó un artículo que señalaba que la vilipendiada Cajamarca que no gastaba por falta de gestores, tanto en la región como en las provincias, el gasto se había triplicado en 6 años. Para mayor abundamiento, muestra que, de un presupuesto primigenio, para el año 2013, de S/1,937 millones, el que fue ampliado a S/3,408 millones, Cajamarca gastó el 79% de este último, lo que significó el 139% del presupuesto original. Y, que en los 127 municipios distritales el gasto se ha incrementado en 8 veces, pese a que se dice que hay una falta de capital humano. Advierte que tanto el gobierno como los proclives a la inversión minera, no han estudiado la realidad.
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Es un problema tener un sistema Judicial, Arbitral, Ministerio Público, Electoral y Tribunal Constitucional, que la verdad dejan mucho que desear. Ni que decir del problema de la regionalización, que trastocó departamentos en regiones. Y el aparato público burocratizado que insume enormes gastos corrientes.
La cantaleta que no cumplen con sus programas de inversión y devuelven el dinero, es confuso, pues mucho de ello no ha sido autorizado por el MEF y hay otros ingresos que van a la región fuera del presupuesto como el canon minero. Estos cuellos de botella y muchos más atan a la economía. Y es por ello, que por más PBI en crecimiento que se tenga; por más rentable que sean las empresas; por mayor recaudación que haga la Sunat y los municipios; todo eso sirve de poco o casi nada, si no hay liderazgo, transparencia, conocimiento y probidad, entre otros. Y más que nada medidas de bienestar claras.
Es como se señala: “Ello es una condición necesaria, pero no suficiente”. En rigor, los evangelios estuvieron en el suelo. Porque de 10 centavos el galón de agosto a diciembre con el “Shock” se fue a casi 5 dólares. ¿Increíble no? Y ojo hoy está la gasolina arriba de los 5 dólares y el gas sigue subiendo y este gobierno suspende el ISC a algunos combustibles.
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