En Familia | La influencia del clima en los niños con diabetes tipo 1
Las altas temperaturas durante el verano pueden aumentar la concentración de glucosa en la sangre, por lo que los niños con diabetes tipo 1 son más susceptibles a presentar mareos, diarrea, náuseas, debilidad muscular, dolor en extremidades y daños permanentes en los nervios. Es por ello que monitorear los cambios en la rutina, la alimentación y el manejo de enfermedad en estos pacientes.
La Dra. Julissa Angulo, endocrinóloga pediatra del Centro de Referencia Especializada en Diabetes Infantil y Adolescentes (CREDIN), explica que es fundamental que los padres tomen ciertas precauciones para controlar el nivel de glucosa de sus hijos y que estos reconozcan cómo se siente el nivel bajo de azúcar en la sangre para tratarlo tan pronto como sea posible.
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“El calor y el consumo de los alimentos dulces pueden cambiar la forma en que el cuerpo de los niños usa la insulina. Estos niños pueden sufrir agotamiento por golpe de calor y deshidratación”, sostiene.
“Es clave que los niños puedan realizar actividad física, llevar una alimentación balanceada y beber mucha agua para contrarrestar la deshidratación”, anota y recomienda:
Revisar el azúcar en la sangre antes, durante y después de realizar actividades.
Beber al menos dos litros de agua al día y evitar bebidas energizantes que causan pérdida de agua.
Realizar ejercicio al aire libre en momentos pocos calurosos, como en las mañanas o en las tardes.
Vestir con ropa suelta, ligera y de color claro.
Usar bloqueador y un gorro en exteriores, ya que las quemaduras solares aumentan los niveles de azúcar en la sangre.
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