03/10/2020 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
Hace más de 300 años hay un dulce que empalaga la fe de miles de devotos. Se trata del famoso turrón de Doña Pepa, hechas a base de masa con miel y confites, que apareció en los inicios de la veneración del Señor de los Milagros, allá en el barrio de Pachacamilla. Hoy, si bien, no hay procesión, sí habrá el sabroso manjar.
Este postre nace poco después de 1651 que se inicia el culto al Cristo Moreno o señor de los Temblores, más comúnmente llamado Señor de los Milagros. Cuenta que doña Josefa Marmanillo, una esclava de la hacienda de Cañete en el siglo XVIII, empezó a sufrir una parálisis en los brazos. Ante este mal, sus patrones decidieron liberarla, pero la dejaron sin sustento.
Ya entonces, empezaron a correr rumores sobre los milagros que concedía la imagen del Cristo de Pachacamilla. Y fue así que le encomendó por su salud al llamado Señor de los Milagros. Al notar una recuperación, doña Josefa a quien la llamaban 'Doña Pepa', atribuye esta sanación a un milagro.
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Es así que la ex esclava decide buscar una forma de agradecimiento. Es así como decide utilizar su habilidad en la cocina para realizar un postre especial que presenta como ofrenda en la celebración del Señor de los Milagros y que religiosamente lo ofrecía cada mes de octubre. Doña Pepa contó que cuando elevó su dulce para mostrarlo al Cristo Moreno, la figura le sonrió. Y hoy con la pandemia, este patrimonio culinario del Perú se mantiene en las mesas de los peruanos.
¿Qué contiene? Este dulce se elabora con una masa de harina de trigo, manteca, huevo, leche y canela. La masa se hornea en forma de varillas largas. El armado del postre se realiza formando tres o más listones de masa ya cocida distribuidos de manera similar al juego jenga, bañado con miel de chancaca y decorado con grageas y confites de varias formas y colores