04/12/2020 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
Sin ningún acto oficial que lo recuerde, esta semana se cumplieron los 200 años del llamado Pase del batallón Numancia, que fue un duro revés para las fuerzas virreinales y que volcó definitivamente a la opinión pública limeña a favor de la independencia.
Todo ocurrió entre la noche y madrugada del 2 al 3 de diciembre, cuando los 671 hombres del batallón Numancia, entonces la fuerza más temida del ejército realista, se pasó íntegramente al ejército libertador que acampaba en la hacienda Retes, en Huaral.
Los soldados del Numancia, la mayoría colombianos, venezolanos y un tercio de peruanos, se pasaron con todas sus armas y equipos, mientras retornaban al campamento realista de Aznapuquio, luego de realizar en Chancay unas maniobras de ataque al mando del general Gerónimo Valdez.
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El general San Martín, cuyo cuartel general se encontraba en Huaura, tenía diseminadas sus fuerzas hasta Huaral, siendo la hacienda Retes, que hasta hoy existe, uno de sus puntos de avanzada, donde sus fuerzas estaban al mando del general argentino Rudecindo Alvarado.
Desde la sensacional captura de la fragata Esmeralda, en el Callao, corrían los rumores de una posible deserción del Numancia, lo que motivó a fines de mes a que fueran detenidos unos tres oficiales colombianos, los que fueron enviados a Nueva Granada.
Los soldados colombianos y venezolanos del Numancia fueron ganados a la causa de la independencia por la influencia de José de la Riva Agüero y otros patriotas limeños, entre ellos la bella Rosa Campuzano, quien luego sería conocida como la Protectora por su cercanía con San Martín.
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La deserción era una delito que los ejércitos de la época castigaban con el fusilamiento. Aún así, y pese a que los rumores eran intensos, el general La Serna no tomó las medidas preventivas y, la noche del 2 de diciembre de 1820, los suboficiales apresaron a tres jefes del Numancia y decidieron ir a enrolarse en las filas del ejército libertador.