Hace 25 años el cerebro humano derrotó a la inteligencia artificial
El mundo del ajedrez y la tecnología conmemoró ayer una batalla inusual, el primer enfrentamiento entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial (IA) que se desarrolló en Filadelfia, cuando el campeón mundial, el ruso Garry Kasparov, de 32 años, se enfrentó a la supercomputadora Deep Blue (Azul Profundo), creada por IBM.
La máquina, diseñada exclusivamente para el desafío, estaba impulsada por 256 microprocesadores y era capaz de analizar hasta 100 millones de jugadas por segundo, unas características asombrosas aún para esta época, en que el uso de las computadoras es lo más común a través de los celulares.
El enfrentamiento entre el hombre y la máquina, un temor pronosticado por los expertos desde que se proyectaron los primeros robots en los años 20 del siglo pasado, tuvo una cobertura impresionante, pues Kasparov llegaba como un genio del ajedrez, que había destronado a su compatriota Anataly Karpov, en 1985.
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Los tabloides del mundo especulaban sobre el duelo como una prueba más de que, tarde o temprano, las máquinas con IA pasarán a dirigir el destino de la humanidad, como los pronosticaban los libros de ciencia ficción y, dada la magnitud de evaluación de datos de la Deep Blue, daban por descontado que ganaría las 6 partidas.
Sin embargo, Kasparov no pensaba lo mismo y lo dijo públicamente. “Pueden estar tranquilos que al menos por los próximos cinco años continuaré enarbolando la bandera de defensor del género humano frente al desafío de las máquinas”, advirtió durante la conferencia en la jornada previa al match.
Aunque la Guerra Fría era cosa del pasado, el público estadounidense se identificó con el ruso Kasparov, pero en el primer match, Depp Blue lo venció de una forma categórica y la noticia hizo temblar al mundo: la IA si puede derrotar al cerebro humano.
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La Deep Blue estuvo controlada por el científico taiwanés Fenghsiung Hsu, quien estaba conectado a un servidor RS/6000 -con 32 Gigabytes de memoria y 1 Terabyte de espacio en disco rígido-, que seleccionaba las mejores variantes y enviaba su elección vía Internet al operador de Deep Blue desde la central de la empresa, en Nueva York.
Kasparov estuvo a la altura del reto, y en las seis partidas que siguieron, alcanzó tres victorias, dos empates y una derrota en el encuentro que se realizó de 10 al 17 de febrero de 1996, en el Centro de Convenciones de Filadelfia. El ruso se llevó como premio 400 mil dólares de la bolsa de 500 mil que se puso en juego.