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Francisco de Vidal: el primer soldado del Perú

El supano Francisco de Vidal fue infante de marina, agente secreto y montonero en la lucha por la independencia.
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04-04-2021

El Perú le debe un monumento mayor a Francisco de Vidal y La Hoz, reconocido por el propio general José de San Martín como el Primer Soldado del Perú, por su heroica y tenaz lucha por la independencia, que abrazó muy joven, a los 19 años, embarcándose en la primera expedición naval de Lord Cochrane contra el virreinato peruano.

Solo en la Plaza de Armas de su natal Supe, 170 kilómetros al norte de Lima y donde nació hace 221 años un 2 de abril, hay una efigie que recuerda al voluntario que sorprendió al almirante inglés desde que se presentó ante su buque, en Huacho, en marzo de 1819.

Luego de bombardear el Callao, Cochrane se fue a Ancón, Chancay y Supe, insurreccionando al Norte Chico. El ánimo por romper las cadenas con España era creciente y el pequeño pueblo de Supe declaró el 5 de abril de 1819 su independencia.

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Vidal empezaría una azarosa y heroica carrera militar, siendo sucesivamente infante de marina, soldado, agente secreto y montonero. Y en sólo diez años, de recluta voluntario ascendió a general de brigada.

El joven infante de marina estuvo entre los 350 hombres que, al mando de los comandantes británicos Charles Robert Jones y William Miller, atacaron el puerto de Pisco, defendido por 600 realistas. Charles cayó abatido y Miller, herido gravemente, fue evacuado por Vidal, que lo cargó en hombros mientras se abría paso a sablazos. Era el 7 de noviembre.

El fuerte Vidal

Cochrane reunificó su flota y se dirigió al sur de Chile, con el objetivo de atacar los fuertes de Valdivia, que eran nueve plazas con 250 cañones y defendidos por mil oficiales y soldados realistas. Planificó una acción por tierra, y puso bajo el mando del subteniente Vidal una fuerza que atacaría por retaguardia al llamado Fuerte del Inglés.

Vidal y sus hombres circundaron el fuerte y sortearon un profundo foso. Entonces, como un reto, pronunció: “Donde va mi gorra, voy yo” y la lanzó por encima de la muralla. A la cabeza de sus hombres, escaló la fortificación y sorprendió a los realistas que se rindieron, a pesar de su superioridad numérica.

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La caída de Valdivia fue una proeza militar. Era la primera vez que se capturaba la formidable defensa naval montada por los españoles en lo que se consideraba la puerta de acceso al Pacífico y al Virreinato del Perú.

Cochrane entonces se dispuso a reconquistar la isla de Chiloé y formó una fuerza de desembarco que puso al mando de Miller, seguido de 150 hombres, entre ellos el intrépido Vidal, quien sufrió una grave herida de lanza en el pecho, que pudo ser fatal.

El Ministerio de Guerra y Marina de Chile lo ascendió a teniente y le entregó una medalla de plata. Hasta hoy, en honor a su proeza, al Fuerte del Inglés también se le llama el Fuerte de Vidal.

Por: Dennis Alvaro