19/06/2021 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
En un ejercicio casi profético, Ortega y Gasset esculpió hace noventa años el concepto de 'hombre-masa', un individuo hecho de prisa, que no escucha nada pero lo opina. En medio de la revolución digital y en un momento de auge de los populismos, el concepto del 'hombre-masa' vuelve a tomar vigencia.
La revista cultural Ethic de España retoma esta discusión que el filósofo y ensayista español puso en debate el milenio pasado cuando alertaba en los primeros compases del siglo pasado de que el hombre medio había perdido el uso de la audición. “¿Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. No hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus opiniones”.
Desde los años veinte del siglo pasado hasta los de este han cambiado muchas cosas, pero aquellas palabras del filósofo siguen plenamente vigentes: ese individuo “hecho de prisa, montado sobre unas cuantas abstracciones e idéntico de un cabo a otro de Europa” que describía en La rebelión de las masas, su ensayo cumbre, se resiste a partir.
Hoy sigue muy presente en las evocaciones recurrentes de muchos pensadores contemporáneos cuando se refieren al ser humano moderno: concretamente, al que vive con los cinco sentidos pendientes de una pantalla del tamaño de su mano en la que verter sus opiniones sin filtro.
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Para la catedrática de Filosofía Moral y Política, Victoria Camps, “nuestra sociedad tiende a hacer homogéneos e indiferenciados a los individuos”. Agrega que el término de Ortega sigue vigente, aunque hayamos dejado de utilizarlo. “Es la contrapartida del individuo al que ha dado lugar la ideología liberal: libre, racional, individualista. Pero, lejos de tener criterio propio y ser capaz de distanciarse de la masa, es un individuo sin individualidad”, sostiene.