OPINIÓN | Víctor López: "Contubernio caviar rojo mediático contra el país"

La indignación y la protesta contra los males del mundo y del país se justifican plenamente, y se permiten en el marco de la libertad y la democracia. Solo están prohibidas en los regímenes dictatoriales y totalitarios comunistas y fascistas, como Venezuela o Cuba. O el Gobierno Militar de Velasco Alvarado, que enfrentó mi generación aprista, siendo reprimidos con ferocidad, perseguidos, detenidos y presos. Mientras muchos marxistas leninistas maoístas trotskistas fidelistas y guevaristas de entonces participaron como altos funcionarios públicos. Como lo vienen haciendo desde antes hasta hoy, pues integran la burocracia dorada de Vizcarra, que defienden hasta los dientes para no perder sus asesorías y consultorías de cientos de millones cada año. Como los medios de comunicación que sin vergüenza alguna se han ofertado junto con sus periodistas.

Por eso, callan, ocultan, tergiversan, engañan. Y ahora soliviantan. Pues son ellos junto con los rojos y caviares quienes han impulsado esta “interesada indignación tardía”. Y, por ende, los responsables de sus consecuencias. Por un lado, muertos y heridos. Por otro lado, se hacen del poder. Hace poco se hizo viral una “confesión familiar” de una connotada periodista, amiga del vacado, que reconoce “que es el más corrupto de todos”. Y calló.

Están logrando su objetivo, bajarse al nuevo gobierno, que les podría cortar el avisaje. Al extremo de inventarse un supuesto “golpe de Estado parlamentario”. Y aliados con los caviares y rojos, alentar la animadversión de la población contra el emergente Ejecutivo y los congresistas que votaron por la vacancia; al mismo tiempo que promover las movilizaciones antagónicas de manera sostenida. Algo nunca antes visto. Magnificando, mintiendo. Descalificando al gabinete. Dando una imagen de ingobernabilidad. Buscando que el TC falle en contra. Metiendo miedo para que el Congreso haga lo que ellos quieren. Y con el Nóbel, serán los “padres del nuevo Gobierno”.

Sospechosa la tardanza interesada de su indignación y protesta. Antes ocurrieron acontecimientos similares o más graves y los caviares, rojos y medios de comunicación, promotores de las movilizaciones, no dijeron nada. La obligada renuncia de PPK, que al día siguiente fuera detenido. El cierre inconstitucional del Congreso anterior. El pésimo manejo sanitario y económico del ineficiente y corrupto gobierno de Vizcarra, que nos ha puesto como el peor del mundo. El ocultamiento del número real de infectados y muertos por la pandemia. El uso comprobado de pruebas rápidas que poco sirvieron y no las pruebas moleculares usadas exitosamente por todo el planeta. La demora en las compras de insumos, medicinas y demás requeridas con urgencia, adquiridas tarde y mal, habiendo entonces tanto dinero. El destino del financiamiento para la reactivación fagocitado por las grandes empresas, los medios de comunicación y los estudios de abogados que apoyan al régimen. Las mentiras permanentes del presidente y sus ministros. Ellos son los responsables del contubernio contra el país. Ahora están felices, porque lograron su cometido. Rumbo a Venezuela.