OPINIÓN | Víctor López: "Aptitud y actitud para gobernar"
Existen muchas formas de medir la gestión gubernamental, cualquiera que sea el ámbito de competencia, en el proceso de su ejecución y en los resultados de la misma. Una de ellas, es lo que llamo el Modelo de la Doble A. Una A, de Aptitud, que evalúa la capacidad, calidad y condiciones que tienen los funcionarios públicos para enfrentar los desafíos de la gobernabilidad. Otra A, de Actitud, que estima el carácter, el comportamiento y la conducta de quienes ocupan los cargos de representación estatal para manejar el poder público.
Desde esta perspectiva, todos los regímenes marxistas del mundo (con la sola rara excepción en la parte económica de China) han sido un fracaso absoluto en cuanto a Aptitud, porque han demostrado con lamentables y dolorosos resultados contundentes que han sido un fracaso absoluto en cuanto a capacidad para conducir a los países que han gobernado por el camino del desarrollo económico, el progreso social y la modernización política. Allí están, como prueba, los más de 70 años de “socialismo realmente existente” en las naciones de Europa Oriental, lideradas por la entonces Unión Soviética, que a la caída del comunismo mostró realidades rezagadas respecto a los modelos capitalistas. Igual ocurre con Cuba luego de 60 años y, peor, Venezuela a los 20 años de gobiernos socialistas. No han logrado satisfacer las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida de la población. La han empeorado hasta el extremo.
Igual mala suerte han tenido los países gobernados por los comunismos en cuanto a la Actitud, porque son regímenes con un carácter dictatorial y totalitario que conculcan la democracia y la libertad de la población en todas sus expresiones, nunca hubo elecciones libres en los países socialistas de Europa Oriental, tampoco en la China, los hay indirectas y manipuladas en Cuba, y totalmente amañadas en Venezuela. Ahora han descubierto que el poder no nace del fusil, sino de las ánforas. Y se han vuelto demócratas recientes y electoreros para llegar al gobierno. Una vez instalados comienzan a hacer lo indecible por controlar todos los instrumentos de dominio. Y se tornan autoritarios y luego dictadores. Como en la tierra de Bolívar, donde han terminado por quebrar y destruir al país más rico de América latina.
Por eso, tenemos que evitar que eso ocurra en el Perú y hacer lo posible e imposible para ello. Si los regímenes comunistas fueran favorables y positivos para el país y la gente, en buena hora. Pero NO hay una sola nación gobernada por el marxismo donde hayan logrado desarrollo económico y progreso social, menos todavía conjugar democracia y libertad. Es lo peor que le ha pasado a la humanidad. Porque sus hermanos fascistas y nazistas duraron poco y desaparecieron. Pero ellos están vivos y los tenemos entre nosotros. Ahora tienen el control de casi todos los poderes del Estado. Las entidades públicas son caviares moradas y rojas. Y todo puede pasar.