23/11/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Se denomina generación a un conjunto de jóvenes destacados que marcaron su espacio y su tiempo por el aporte fecundo que hicieron con sus ideas y propuestas, con su pensamiento y su acción, a la teoría y a la práctica de transformación (reformista, radical, revolucionaria) en el campo de las ciencias y las letras, de la economía y la sociedad, de la política y la gobernabilidad. La Generación del Centenario estaba integrada, entre otros brillantes exponentes, por Haya de la Torre y Mariátegui, considerados como los más grandes intelectuales del Siglo XX en América Latina, padres del pensamiento socialista democrático y socialista comunista.
Así ha ocurrido en los diversos planos del arte y la literatura, por ejemplo, el Grupo Norte generado en Trujillo en 1918, el colectivo más brillante que ha tenido el país, integrado por Antenor Orrego, César Vallejo, Haya de la Torre, Alcides Spelucín, Macedonio de la Torre, José Eulogio Garrido, Francisco Xandóval, entre otros, constituyó también una generación de escritores, ensayistas y pintores cuyo aporte fecundo se mantiene hasta ahora. Tanto que uno de ellos es estimado como uno de los poetas más universales; y otro como el peruano del Siglo XX.
El reconocimiento como “generación” se obtiene por haber hecho aportes sustantivos a la humanidad y al mundo, a su nación y a su patria, en términos de ideales o ideas, intervenciones e iniciativas, conquistas o logros trascendentes que marcan época o era en la historia de los pueblos. Vale decir, que las síntesis de las aptitudes (capacidades, calidades, condiciones) y las actitudes (caracteres, conductas, comportamientos) de tales jóvenes han marcado hitos históricos entre un antes y un después, entre una situación encontrada y una situación superada, entre el ayer y el hoy.
A países como el nuestro, en proceso de desarrollo, donde hay aún mucho por hacer, hace más falta que a otras naciones desarrolladas, contar con jóvenes que tengan los merecimientos intelectuales y prácticos, éticos y morales, para denominarse como “generación” en el sentido más amplio del concepto; vale decir, que su aporte fecundo en el plano de las ideas y de las acciones sean efectivamente lúcidas y coherentes, serias y responsables, transformadoras y constructoras de nuevas realidades de desarrollo económico, progreso social, modernización política y gubernamental, que tanto necesita el pueblo peruano para ponerse a tono con los tiempos y acorde con los cambios.
Esperemos tener una verdadera Generación Bicentenario que trascienda la reacción tardía de su justificada indignación reciente, contra un estado situacional de incapacidad e inmoralidad comprobada de un presidente y un gobierno que logró que el Perú tuviera la peor gestión sanitaria del mundo y la peor gestión económica de Latinoamérica. Que tenga pensamiento, voz y acción propia.