17/11/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Tras la destitución de la fujimorista Martha Hildebrandt, el 16 de noviembre del 2000, Valentín Paniagua fue elegido presidente del Congreso de la República; días después asumió la conducción del Gobierno de Transición al conocerse que el fugitivo Fujimori renunció por fax.
Recreando el título de la novela de Alejandro Dumas, “Veinte años después”, nuevamente tenemos una situación similar al elegirse a Francisco Sagasti para que complete el periodo gubernamental hasta el 28 de julio de 2021.
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El año 2000, como respuesta a la re-reelección fraudulenta del autócrata Fujimori se realizó la “Marcha de los 4 suyos” y semanas más tarde fue difundido el “vladivideo” Kouri-Montesinos que desnudó la gran corrupción imperante, representando el inicio del fin del fujimontesinismo, cuyos cabecillas huyeron fuera del país.
Paniagua dirigió un Gobierno de Transición de 8 meses, logró apresar a Montesinos y a varios altos militares mafiosos y garantizó elecciones generales limpias, ganando Alejandro Toledo, quien debía continuar el proceso de transición democrática. Sin embargo, al afirmar que iba a “construir el segundo piso del fujimorismo” escogió el sendero del continuismo, especialmente en lo económico, amparado en la Constitución de 1993.
Sendero que AG, Humala/Nadine, PPK y Vizcarra hicieron suyo, combinando “baguazos” y “negociazos”, desnaturalizando el sentido de la lucha emprendida y frustrando la transición democrática, más allá de logros específicos en cuanto a reformas parciales (referéndum 2018) y lucha anticorrupción (casos Lavajato y “lava juez” y cierre del Congreso fujiaprista).
Mediante la movilización ciudadana, con el protagonismo juvenil, se derrotó al golpismo encabezado por AP-APP-UPP-Podemos, botando a Merino/Gabinete Flores Aráoz-KONFIEP-“Coordinadora Republicana”.
El costo humano fue muy alto: el asesinato de Inti y Bryan, las decenas de heridos y desaparecidos nos lo recordarán siempre. Ahora se inicia una nueva transición democrática.
Dependerá si se orienta hacia cambios profundos con la elección de un gobierno patriótico, honesto, democrático y de justicia social el próximo 11 de abril, además de aprobar el camino hacia una nueva Constitución mediante referéndum; o si optamos por los mismos de siempre -ladrones brutos y achorados, o maquilladitos-, manteniendo la Constitución fujimorista.
El último libro de ensayos escrito por González Prada hace 112 años, “Horas de lucha”, sintetiza lo vivido estos días, asociado a que estamos dejando de ser “un país adolescente” -aludiendo al texto de Luis Alberto Sánchez- en tanto afirmamos un proceso de maduración y renovación al influjo de los jóvenes de la “Generación Bicentenario”.
De ahí mi homenaje a ellos, muy bien representados por dos grandes héroes de la democracia: Bryan e Inti, quienes con la fuerza del sol iluminarán el camino hacia una nueva República de ciudadanos, con justicia y libertad.
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