OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "No bastan 14 días"
“Niebla en el cerebro y un dolor permanente de piernas”.
Es la confesión, después de doce meses esperando una recuperación, de un pandémico publicada en muchas partes del mundo. La enfermedad sigue. Continúa. No se va.
Por estos días, hemos recibido unas líneas de una amiga, víctima de esta plaga. Nos narra, también, varias herencias. Se olvidan muchas cosas. Permanecen trastornos de cabeza, dolencia de pulmones. Limitación de los sentidos de la vista y oído, también el olfato y permanente cansancio.
El no poder hacer algo para aliviar a un enfermo, es otra de las sucesiones hereditarias con toda la impotencia de la total inactividad para apoyar. Para ayuda a quien no sabe de su mañana.
En Estados Unidos mucho se ha escrito sobre el racismo en el trato de los enfermos. Nuestra amiga, desde su cama, en el hospital, comprobó quiénes son amigos, y quiénes solo conocidos. Demasiados.
Este virus ha separado familiares, amigos y a la misma sociedad. Muchos por miedo. Por error a infectarse. En el aislamiento está su vida, y la de los suyos. Lanzamos al olvido a un ser humano. Nos protegemos olvidando. Ignorando a un ser.
Muy lamentables son también los tratamientos, nos cuenta nuestra amiga, el comportamiento con los funcionarios dedicados a la recuperación de estos seres, en muchas oportunidades, sin mañana.
Los afectados por COVID-19 siguen recibiendo atenciones y negaciones humanas son las más dolorosas. Estos seres son los maestros enseñando a vivir la existencia, como las 24 horas más inolvidables. Una palabra. Un gesto en el caso de los enfermos de pandemia y quienes trabajan en su recuperación, merecen un homenaje eterno. No bastan 14 días, a su lado siempre.
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