OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Mirando al lado"
La pandemia, con una larga cola de estragos, a los de cuarta, quinta u octogenaria generación, ha servido para respetar a los que siempre están arrinconados. Olvidados.
A medida de ir conociendo las disposiciones, impuestas para llegar a la vacuna, nos fuimos dando cuenta de las mejores intenciones, pero olvidando y abandonando grupos importantes casi marginados por momentos, mirando desde muy lejos de recibir el “pinchazo”. Y eso dolió. Creó angustias. Hasta desconsuelo.
Los mayores estuvieron en la cuerda floja, y angustiados. Por varias semanas su futuro de vacunado estuvo enredado. Lejano.
Aparecieron gestiones, cada día más complicadas. Más aun para los mayores, obligados a lanzar un SOS a sus nietos o hijos, con habilidades ante la computadora. Los mayores allí rengueábamos fuertemente, y se sumaron todas las vallas impuestas. Sin intención, pero aparecidas en las exigencias. Pensamos con la mejor intención, pero fueron problemas que detuvieron todas las gestiones.
Las voces de protesta aparecieron en todos los sectores y se debió alterar lo definido y acordado. Importante fue la comprensión de los autores, de las disposiciones para continuar avanzando. Era lo necesario. Lo útil. Lo de valor.
Telefónicamente hemos hablado con varios representantes de la “vieja guardia” muy angustiados, pero, por esos últimos días, con la esperanza, por diferentes gestiones, del avance y no olvidar a los adultos mayores. Aparecen variadas y nuevas alternativas para conseguir esa vacuna tan solicitada. Tan querida y, tan necesitada.
Las angustias se van descartando. Habría surgido una nueva disposición de hacer las cosas, con el mismo respeto, para los de ayer y para los de hoy.
Quienes miramos desde afuera, observamos un comienzo con preparación, pero falta de realidad. Destacadas sus futuras aplicaciones y junto a los primeros pasos dados surgió el factor cambio. Se han aplicado y, ello, permitió encontrar la confianza en lo trazado, y sus creadores. Lo anterior tenía un error. Eso se dijo en voz alta y se escuchó. No hubo, al parecer, soberbia. Todos han logrado reencontrar la confianza extraviada. Importante poner los puntos donde deben ubicarse. Los más tranquilos, los de tercera edad, ubicados en su lugar y con respeto.
◼ Más de Miguel Humberto Aguirre:
OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Y otros casos"
OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Elecciones otra vez"
OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Un 11 de abril muy diferente"