26/11/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Murió el mismo día de la muerte de su amigo Fidel Castro
Muchos recuerdos. Demasiados relatos. Diego Armando Maradona, mirado en el comienzo de su vida, o en la etapa de oro. De la nada de la infancia, lo tuvo todo cuando fue adulto, y donde le criticaron mucho, menos su “conciertos” cuando estuvo en una cancha de fútbol.
Eran los años 91 y 92, encabezado por Lorenzo Villanueva, Carlos Castro y Roberto Salinas circulaba en el medio el diario Deportivo “Idolo”.
Un día nos llamaron con Jorge Verástegui, reportero gráfico, y nos comunicaron que, al día siguiente, viajábamos a la Argentina. La única misión era lograr una entrevistar a Maradona. No era tarea fácil, pero enrumbamos con ese destino.
Hubo que buscarlo. No iba a la cancha. Supimos que, por la tarde - noche estaría en un estudio de televisión jugando fulbito con Marcelo Tinelli, y allí, sin muchos protocolos, tuvimos la oportunidad de llegar ubicarlo y esperarlo. No era fácil llegar a su lado. Muchos “guarda espaldas” con órdenes de aislarlo de los buscadores de autógrafos. El joven, surgido en la humildad, siguió en esa dimensión de su existencia. Así lo ubicaron y defendieron sus seguidores. Fanáticos de todas las edades. Eso le permitió llegar al mundo de la mano con la sencillez. Quienes lo rodeaban lo hacían difícil.
Para nosotros recordar a Maradona es traer a la memoria a Luis Reyna. Un día lo marcó hasta en su casa, en un encuentro entre las selecciones de Perú y Argentina. Al “rey”, un Reyna lo destronó. No lo dejó jugar.
La vida de Diego Maradona está llena de cosas increíbles, cosas creíbles y, también, curiosas. Murió ayer 25 de noviembre de 2020. Hace cuatro años, por este día, también fallecía su amigo: Fidel Castro.
