OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "India: cuidado cuando digamos NO"
La pandemia, cuando escuchamos hoy sus noticias, nos lleva a una u otra parte del mundo. Por estos días, India está en la información. Con sus cifras increíbles de afectados, surgidas en el país ubicado en el segundo lugar, con más habitantes del mundo, detrás de China.
Su territorio está rodeado por Pakistán en el oeste, China por el norte. Nepal, Bután mientras al este tiene a Bangladesh y Birmania. Siete países lo envuelven, más islas como Sri Lanka, Moldavia e Indonesia.
El hinduismo, el budismo, jainismo, sikhismo, cuatro religiones, nacieron en la India, ese país que, a la distancia, se le ve morir. Ninguna de esas religiones es oficial, pero el 80 por ciento de la población sigue el hinduismo. Los primeros asentamientos habrían aparecido por el año 6000 antes de C.
Los hindúes, hoy, viven en medio de cadáveres imposibles, demasiadas veces, de poder contar con una franja de tierra donde poder enterrarlos. Donde sepultarlos y encontrar esa paz tan ambicionada.
Cuando escuchamos, o leemos las noticias, TODOS, así con mayúscula, los hospitales colapsados. El oxígeno es más escaso que el agua en el desierto. Los afectados, señaló un comentarista internacional, mueren como animales. Han caído en las funerarias improvisadas con verdaderas piras humanas, encendidas en cualquier solar, donde se queman cadáveres. Seres humanos.
India deja atrás. En el olvido, todo un pasado copado de historia. De ayer. De fue.
Importante está comprobar cómo, los países de todo el mundo, en condiciones de hacerlo, estiraron sus manos cargadas con ayuda. Con apoyo. Disminuye la angustia. Baja, momentáneamente, pero, con un futuro muy delicado, y que se ve prolongado.
India, para estos lados del mundo, estuvo ligada a un solo nombre, Mahandas Karamchand Gandhi, para nosotros Mahatma Gandhi, pensador y político ubicado como un luchador importante por el respeto de su pueblo. Su nombre Mahatma Gandhi, “gran alma” su significado, sigue impregnado en el corazón de su pueblo. De allí también Rabindranath Tagore, hijo de esa tierra, con una pluma para no olvidar sus inspiraciones, premio Nobel y aporte a las letras mundiales.
Cuando los latinos vamos a la India debemos tener mucho cuidado. Cuando negamos algo, hacemos un gesto, con la cabeza, moviéndola de izquierda a derecha. Para ellos eso significa SÍ y, a los latinos, nos trae más de algún problema
India vive un presente crítico. Difícil, no olvidemos su pasado. Hicieron historia.
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