12/12/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Por mandato constitucional, la designación de los integrantes del Tribunal Constitucional es una atribución del Congreso de la República. Sin embargo, cuando esta prerrogativa se debe aplicar para elegir a los nuevos magistrados, se ha producido una ola de críticas y cuestionamientos por los intereses políticos-partidarios puestas de manifiesto en las propuestas de candidatos que presenta cada bancada representada en el Parlamento.
Desde hace más de un año, seis magistrados del máximo organismo jurisdiccional se mantienen en sus cargos con mandato vencido y a la fecha no han podido ser reemplazados por los fuertes cuestionamientos al procedimiento de elección. Recordemos que la disolución del Congreso anterior tuvo precisamente como antecedente la cerrada oposición del presidente -hoy también vacado- Martín Vizcarra al proceso de elección.
Recordemos que fue el entonces premier Salvador del Solar quien, tras un acalorado incidente ingresó al hemiciclo para pedir, bajo la prerrogativa del voto de confianza, se suspenda la elección y se proceda a una nueva modalidad. El Pleno continuó con el acto y ello fue considerado por Vizcarra como una negación fáctica de la confianza para disolver el Congreso.
Vizcarra esperaba que el nuevo Congreso eligiera a los nuevos magistrados del TC, ya no por recomendación de candidatos sino por concurso. Tras la formación de una comisión para seleccionar a los nuevos tribunos, y en pleno marcha, el proceso se suspendió por cuestionamientos entre las propias bancadas y voces externas que piden que sea el próximo Congreso el que los elija.
La vacancia de Vizcarra, la renuncia del expresidente del Congreso que lo reemplazó, Manuel Merino, que llevó a la elección de Francisco Sagasti, como nuevo titular del Parlamento y como tal llegar a Palacio de Gobierno, en medio de los últimos acontecimientos que incluyen protestas en las calles, marcan el actual escenario.
Se dice que este Congreso, si bien tiene legalidad para elegir a los nuevos magistrados del TC, no tiene legitimidad para hacerlo. Y nos preguntamos, ¿quién decide la legitimidad de un Parlamento? ¿La calle? ¿Las encuestas? ¿Grupos interesados que se escudan en medios de comunicación?
Desde hace varios quinquenios, los Congresos han tenido un pobre nivel de aceptación en las encuestas, por obra y gracia de los propios legisladores. Sin embargo, ese Congreso puso en sus cargos a los magistrados que permanecen en sus puestos con mandato vencido hace más de un año.
Pareciera que todos quisieran tener un Tribunal Constitucional a su medida, y hoy siguen con el mismo pedido de que sea el próximo el que los elija.
¿Qué pasará si los que hoy mueven cielo y tierra para que este Congreso no los elija, tampoco tienen mayoría en el nuevo Parlamento a elegirse en el 2021? ¿También apelarán a la ilegitimidad para que no elijan a los nuevos miembros del TC? ¿Quién debe decidir quiénes serán los que designen a los nuevos tribunos? ¿Hasta cuándo seguirán los magistrados con mandato vencido porque a alguien no le gusta los congresistas que deben designar a sus reemplazantes?.