19/02/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Durante las últimas décadas, el Perú ha estado en manos de gobiernos que tuvieron en común el binomio corrupción y mentira, que nos ha llevado a una crisis agravada año tras año, desnudada en su total magnitud por la pandemia del coronavirus, con hospitales y un sistema de salud colapsados y un manejo de la emergencia sanitaria desastroso de la pandemia del coronavirus que ha matado a más de 120 mil peruanos.
A los gobernantes de turno no les importó la vida de los peruanos, para ellos lo más importante fue su beneficio propio aprovechándose del poder, por eso todos los presidentes están investigados por delitos de corrupción, pero para variar, ninguno tiene sentencia aún. Todos le engañaron al pueblo. No gobernaron para la gente sino para sus bolsillos. Por eso no invirtieron en salud, ni educación, ni servicios básicos, que hoy en tiempos de pandemia tanta falta hace. Tampoco se preocuparon por la seguridad ciudadana, pese a que desde hace años la delincuencia sigue creciendo y hoy ya resulta incontrolable.
La mentira estuvo siempre en sus discursos, aunque el último rebasó los límites. Martín Vizcarra mintió desde el primer momento de su gestión. Ofreció mil colegios y 80 hospitales, y no entregó ni uno. Su manejo de la pandemia estuvo marcado por la corrupción y el engaño. Dijo que tendríamos 30 millones de vacunas al empezar el año, y no compró ni una. Ofreció tres mil camas UCI y no pasamos de las 1800, la gente se está muriendo porque en los hospitales ya no hay una disponible, y porque tampoco hay oxígeno. Para cerrar con broche de oro, se vacunó a escondidas, sin importarle la vida de los peruanos que morían en las garras del Covid-19. La misma traición cometió Pilar Mazzetti, su ministra de Salud que continuó en el actual gobierno de Francisco Sagasti.
El escándalo 'Vacunagate' debe ser el punto final de la corrupción y mentira en nuestros gobiernos. Hoy estamos en campaña electoral, los peruanos elegirán al nuevo presidente de la República, el nuevo gobierno está obligado a cambiar la historia.
Y el gran reto de los candidatos que pugnan por llegar a Palacio de Gobierno es precisamente cómo recuperar la confianza de los peruanos. No se trata ya de ofrecer de todo para ganarse al elector. Sus propuestas deben tener sustento. Los peruanos sabemos el país que queremos, un presidente que gobierne para ellos, que atienda sus necesidades, resuelva los problemas. Deben demostrar cómo resolverán los problemas de empleo, cómo revertirán la crisis de la salud en general, de la educación, la inseguridad, por citar los más urgentes. Deben demostrar cómo lo van a hacer y con qué dinero.
El descrédito de los políticos se refleja en las encuestas, donde el candidato la encabeza apenas con 10 por ciento, los demás siguen en un dígito y el porcentaje de los que no deciden aún su voto es muy alto. En sus manos y propuestas está revertirlo. El Perú ya no puede esperar más. Necesitamos un cambio. La mentira y la corrupción no deben pasar nunca más.
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