OPINIÓN | Lewis Mejía: "Los sismos como el de hace noches"
El fuerte sismo que nos estremeció hace unos pocos días ha vuelto a recordarnos que como peruanos vivimos en una zona donde siempre hay que estar preparados.
Y que las tragedias que acarrea un movimiento telúrico de mayor intensidad pueden evitarse si tomamos en cuenta algunas medidas de prevención en nuestro hogar.
Sobre todo, si esta desagradable experiencia tiene lugar a altas horas de la noche, cuando nos disponemos a descansar o ya estamos entregados al profundo sueño.
Un primer paso preventivo es tener conciencia de que un sismo puede suceder en cualquier momento y en todo lugar, especialmente cuando menos lo esperamos.
Y entender que, de noche, los riesgos se incrementan, pues al despertarnos sobresaltados por el ruido y el temblor, solemos correr en lugar de mantener la calma.
Por eso, antes de irnos a dormir, tenemos que organizarnos en torno al plan de seguridad familiar, que significa saber qué hará quién en caso de ocurrir un terremoto.
Ya lo hemos dicho, pero lo repetiremos porque en momentos de pánico uno suele olvidarse de las cosas: las llaves de la casa deben estar en un lugar conocido por todos.
Igualmente, es mejor tener una vía de evacuación libre de obstáculos, es decir de muebles y mesitas de centro o sillas que nos pueden provocar una caída con la respectiva fractura.
Una linterna a la mano -con las pilas puestas y cargadas- es una alternativa viable en caso ocurra una falla en el sistema eléctrico (un apagón) durante la evacuación a medianoche.
Indispensable salir con ropa, sea un pijama o una bata, teniendo en cuenta que estamos en plena temporada invernal y debemos proteger nuestra salud y la de los seres queridos de las bajas temperaturas.
De igual modo, no olvidar las mascarillas, ante lo cual se recomienda tener un paquete cerca a la salida de la vivienda, de donde todos los integrantes puedan tomarlas al salir.
La mochila de emergencia, lo hemos dicho desde siempre, debe estar a la mano y lista para que alguno la recoja al abandonar el domicilio, con todo lo que debe contener.
Es decir, agua bebible embotellada, radio a pilas -con pilas-, una manta ligera, alimentos no perecibles -enlatados o galletas-, un kit de higiene (jabón, papel higiénico, toalla de manos) así como mascarillas.
No hay que perder la serenidad, el sismo generalmente dura unos segundos que por el temor nos parecen horas; y estar listos para ayudar a los vecinos o amigos.
Y si la vivienda resulta con daños en sus estructuras, como rajaduras en la pared o el desplazamiento de algún muro, debe consultarse con Defensa Civil del distrito y recurrir a un experto profesional en construcción civil para remediarlo.
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