OPINIÓN | Katherine Ampuero: "¿Por qué tentar una curul en el Congreso?"
Como mujer, madre, esposa y profesional dedicada durante muchos años a servir al país desde la administración pública, defendiendo los intereses del Estado en complejos casos de corrupción, lavado de activos y criminalidad organizada, haber aceptado la invitación de un partido político para participar en una contienda electoral para llegar al Congreso ha sido una de las decisiones más difíciles que he tomado y lo asumo también como un nuevo reto.
En mi vida profesional he tenido muchos retos, como cuando acepté el cargo de Procuradora Ad Hoc del caso Odebrecht, el caso de corrupción y lavado de activos más importante del país y la región que involucra a los más altos funcionarios del Estado y a reconocidos empresarios de la construcción. Estuve allí, “donde las papas quemaban”, mientras otras y otros profesionales prefirieron seguir con la tranquilidad y comodidad de sus vidas.
Hay que ser muy valiente al abandonar la privacidad, bienestar y tranquilidad de una vida familiar para participar en una contienda electoral que nos permita seguir sirviendo a nuestro país desde la institución más desprestigiada del Estado, cosa que la mayoría prefiere no hacer.
Si verdaderamente queremos empezar a cambiar la alicaída imagen del Congreso de la República y hacer que este Poder del Estado empiece a generar confianza en la ciudadanía, entonces hay que incentivar que más personas honestas se sumen a este gran reto y decidan firmemente “comprarse el pleito”. Hay que convocar al Congreso a profesionales con experiencia en servir al país desde la administración pública o su quehacer privado y a personas que no tengan procesos penales por corrupción que solo busquen ser parlamentarios para lograr su inmunidad e impedir que jueces y fiscales investiguen la verdad y apliquen todo el peso de la ley.
Es esperanzador ver que varios partidos están buscando saldar la gran deuda que tienen con todas y todos los peruanos por no haber hecho una buena selección de sus candidatos en elecciones pasadas ya que algunos de ellos, investigados por corrupción, llegaron a ocupar una curul en el Congreso, lo cual contribuyó al desprestigio de la tan alicaída imagen del Parlamento y aumentó la desconfianza y hartazgo de la ciudadanía contra la corrupción que impera en el país y que es transversal a todas las instituciones del Estado.
Sin embargo, también vemos que hay quienes no han aprendido nada y quieren continuar con más de lo mismo, con candidatos investigados o procesados por delitos de corrupción, o vinculados a investigaciones del megacaso Lava Jato donde se les imputa haber recibido grandes cantidades de dinero ilícito de empresas nacionales y extranjeras corruptas a cambio de haber sido favorecidas en las obras más importantes del país, dinero mal habido que ingresó a los partidos políticos y que también permitió que estos funcionarios públicos, ahora candidatos, hayan incrementado inescrupulosamente su patrimonio personal.
Nos encontramos ad-portas de poder iniciar ese gran cambio que queremos y exigimos; sin embargo, también debemos asumir la responsabilidad de nuestras decisiones, ya que está en nuestras manos el poder cambiar nuestro Congreso a través de un voto informado y responsable para empezar a sentirnos representados y decir orgullosos “esa o ese congresista sí me representa”.
Nuestros votos decidirán a quiénes queremos que nos gobiernen. Recordemos el dicho: “una sociedad tiene las autoridades que merece”. Después no nos quejemos, nuevamente.