OPINIÓN | Julio Schiappa: "Litio, el puma del futuro"
Quizás el litio y sus propiedades medicinales puedan ayudar a corregir los vaivenes esquizoides de nuestros políticos. Hoy, ese humilde mineral, es materia de una revolución técnica y una generación de riqueza sin precedentes.
Una enorme revolución tecnológica y económica puede volver a Bolivia la Arabia Saudita de América Latina: la que se genera por la demanda de litio.
Abundante en los lagos salados de Uyumi, bellísimos y legendarios. Diez mil kilómetros cuadrados de salares y con valor de US$3,800 trillones de dólares han hecho de Bolivia el propietario del 50% del litio del mundo.
Chile es dueño del 25% de los yacimientos de litio existentes y ha cambiado su legislación minera, teniendo la producción de este mineral como un eje estratégico de su futuro desarrollo económico. También controlan el 44% de la comercialización mundial del producto.
Cargar un celular demora dos minutos y la batería de un auto se cargará en cinco.
Descubrimientos que abren posibilidades a los países con salares y minas que contienen litio, esto les da la perspectiva de ingresos económicos gigantescos. Entre ellos a Perú, que tiene minas en la región Puno, siendo el socio pobre de este negocio
Un grupo de científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, anunciaron que han inventado una batería de iones de litio que se recarga hasta el 70% en dos minutos y dura hasta 20 años, más de diez veces que las actuales.
Las baterías de litio-ión también se utilizan en dispositivos como cámaras fotográficas, notebooks, smartphones, netbooks, iPads, entre otros, dado su liviano peso, potencia y largo ciclo de vida.
El remplazo del petróleo por el litio llegará a su punto máximo en la década que se acaba de iniciar- y las reservas de crudo descenderán de forma progresiva hasta agotarse en 2050.
Por eso, el litio es considerado el combustible del futuro, ya que reemplaza a los contaminantes hidrocarburos mediante la fabricación de baterías para autos híbridos y eléctricos. Este mineral se encuentra en abundancia en Bolivia, Argentina y Chile, región a la que algunos ya están denominando “la nueva Arabia Saudita”.
Bien haríamos en redefinir todo el oscuro juego diplomático con Bolivia, cambiar nuestra legislación minera y bancaria para asegurar mejor que la prosperidad se quede en casa y que la industrialización del litio avance decididamente como prioridad del Gobierno nacido de las elecciones del 2021. Es la diferencia entre un ratón y un puma.
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