11/06/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El capital más importante es la reputación, tal como plantean los expertos como Rachel Botsman y David Eitheredge, la economía se mueve a través de la cuerda de la confianza, que es la nueva unidad económica; cuando hay incertidumbre las inversiones se retraen, los indicadores financieros se deterioran con “efecto dominó” y como consecuencia se agudiza la crisis.
La incertidumbre o principio de indeterminación según Weber Heisenber, físico teórico alemán, se refiere a anomalías epistémicas, información imperfecta o desconocida, surge en cualquier campo, nos ayuda también a entender el curso de la economía y las finanzas. Ahora bien, la economía y la política están íntimamente vinculadas, no discurren por cuerdas separadas; la economía requiere adoptar decisiones desde la política, en consecuencia, la solidez de las instituciones políticas genera certidumbre, equilibrio de poderes=estado de derecho=seguridad jurídica. Dentro de este marco, el país reclama serenidad a los candidatos, que llamen a la calma a sus huestes y se respete la voluntad popular, cualquiera fuere el resultado; y, que expresen mensajes claros de los lineamientos políticos y económicos que caracterizarán a sus eventuales gobiernos, para generar confianza en los agentes económicos.
La turbulencia que estamos viviendo ha generado turbulencia en los mercados, la capitalización bursátil, o valor de las acciones de las empresas listadas en la bolsa de valores de Lima se desplomó con una reducción en US/23,401 millones, desde el 12 de abril. La agencia internacional de clasificación crediticia Fitch Ratings considera que existe una incertidumbre creciente, sobre las medidas económicas que se implementarán en la disyuntiva de una economía de corte estatista frente a un modelo de libre mercado; vale recordar que anteriormente dicha entidad había expresado su preocupación por los permanentes desafíos de gobernabilidad que enfrenta nuestro país.
En el año del bicentenario reclama responsabilidad y el más alto sentido patriótico a los actores políticos, para conciliar a los peruanos en torno a objetivos comunes, teniendo como prioridad conjurar la pandemia y la reactivación económica; y luego sentar las bases del desarrollo, para termina con la inequidad y marginación; en buena cuenta, que el crecimiento económico se sienta en el bolsillo de los más pobres.
En fin, en los próximos días sabremos qué suerte le depara al Perú, hagamos votos para que primen los intereses nacionales y sea el punto de inflexión para la reconciliación, en el encuentro de un destino promisorio.
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