09/12/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Cuando el 24 de noviembre se anunció al mundo la aparición de la variante Ómicron en Sudáfrica, además, como si fuera poco dicha variante tiene 35 mutaciones, los países se pusieron en alerta, invadió el nerviosismo a los mercados, en respuesta tal como informa The Economist, los países más avanzados aplicaran restricciones más severas, tal como lo anunció Jerome Powel, presidente de la Reserva Federal de EE.UU., que está a favor de un ajuste monetario, cuyos efectos indirectos perjudicarían a economías emergentes, que tienden a sufrir salida de capitales y depreciación de sus divisas, cuando la Fed endurece su política.
China, que es la segunda economía más grande del mundo, linda con una crisis de deuda y su política de “cero Covid” es insostenible, solo está creciendo 5%, la tasa más baja en unos 30 años, Ómicron obligará a endurecer sus medidas, lo que perjudicaría su crecimiento y alterará las cadenas de suministro, amén de la crisis hipotecaria que ha impactado gravemente su economía. Otro peligro que está afectando y que podría agravarse la inflación, por el excesivo estímulo fiscal que ha sobrecalentado la economía.
OCDE, en su proyección de diciembre de 2021, establece que la recuperación mundial sigue avanzando, pero ha perdido impulso y se está volviendo cada vez más desequilibrada, con algunas economías recuperándose rápidamente, pero otras, que corren el riesgo de quedarse atrás, en particular los países de ingresos más bajos con tasas de vacunación y con empresas y empleados que enfrentan una demanda que no se ha recuperado.
Credicorp Capital-BCP, en su último Reporte Macroeconómico Multianual, al analizar la economía Global señala que el mundo: el 2022 llegará con menor crecimiento y mayor endeudamiento, concluyendo en esta parte del informe: el mundo continuará a merced de la aparición de nuevas variantes del Covid-19, mientras la mayoría de la población no se vacune generando nuevos confinamientos que mermarán la confianza y elevarán el endeudamiento de países y empresas a niveles peligrosos para su sostenibilidad.
Así como están las cosas el panorama es desolador, la pandemia como está marcando una era, no por una conflagración mundial como sucedió el siglo pasado o por avance deslumbrante de la ciencia y la tecnología, que le cambió la vida a la humanidad, sino por un enemigo invisible sin escudos ni banderas, pero ¿cuál es la respuesta? Acaso el sálvese quien pueda o la política del avestruz. El virus está afectando a grandes y chicos. Los estados invierten ingentes cantidades de dinero en protegerse y amainar los efectos devastadores en la economía y la salud. Es imperioso que los estados más prósperos ayuden a los países de economías débiles para impulsar la inmunización, no es posible que existan países cuya vacunación apenas alcance el 10% de su población o el 25% como Sudáfrica. La pandemia debe imponer un nuevo orden social y humanitario. ¡Mientras haya un infectado en el último villorio, está en riesgo la humanidad!
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